Banderas de UE y Lituania (Archivo) - VLAD KARKOV / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Lituania ha decidido este jueves fortalecer el control sobre los trenes de carga que ingresan al país y hacia el exclave ruso de Kaliningrado mediante la instalación de un sistema de escaneo de rayos X en la estación de Kenna, en la frontera con Bielorrusia.
El mecanismo, diseñado para funcionar las 24 horas del día, escanea trenes que van en ambos sentidos a velocidades de hasta 60 kilómetros por hora en modo automático, lo que permite el control de todas las mercancías con un promedio de ocho o nueve trenes diarios.
Según la ministra de Finanzas de Lituania, Gintare Skaiste, el objetivo principal de instalar un nuevo sistema de control es prevenir el contrabando, así como proteger los intereses de la seguridad nacional del país.
Por su parte, el director general del departamento de aduanas, Darius Zvironas, ha asegurado que "el nuevo sistema de control por rayos X no solo facilitará el trabajo de los funcionarios de aduanas, sino que también ahorrará dinero".
El Ministerio de Finanzas ha cifrado en 5,6 millones el coste del proyecto, que ha sido promovido "debido al cambio de situación geopolítica", según ha resaltado Karolis Sankovski, el CEO de la empresa que ha ganado la licitación, LTG Infra.
Desde el pasado 17 de junio están en vigor las sanciones de la Unión Europea al transporte de acero y metales ferrosos a través de Lituania hacia el exclave ruso de Kaliningrado en el mar Báltico. Hay que recordar también que a partir del 10 de julio se impusieron también restricciones al tránsito de cemento, alcohol, artículos de lujo, y desde el 10 de agosto, al carbón y otros combustibles fósiles sólidos.
Como consecuencia del inicio de estas sanciones, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia convocó a la responsable de la misión diplomática de Lituania, Virginia Umbrasene, en protesta por esta decisión y demandó levantar "de inmediato" estas restricciones.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, se sumó a las críticas y dijo que la decisión de Vilna "no tiene precedentes", ya que estas "medidas provocativas" violan los acuerdos internacionales.