GINEBRA, 19 Oct. (Reuters/EP) -
La ayuda médica que cubriría las necesidades de 29.500 personas ha llegado este domingo a cuatro ciudades sirias sitiadas bajo un acuerdo de alto el fuego, aunque nadie ha sido evacuado a pesar de que así lo preveía el pacto, según han afirmado este lunes Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC).
Más de 30 camiones transportaron la ayuda médica y humanitaria a las ciudades chiíes de Kefraya y Al Foua, que se encuentran bajo el control de los rebeldes en la provincia de Idlib en el noroeste de Siria, al igual que en Madaya y Zabadani, donde los insurgentes están atrincherados en una región controlada por el Gobierno sirio cerca del límite con Líbano.
Naciones Unidas retrasó la entrega de estos suministros a principios de este mes debido a los intensos combates en la guerra civil Siria. Pero la llegada de estos camiones, junto con el alto el fuego en las cuatro zonas, ha ofrecido la extraña posibilidad de observar el éxito de la diplomacia extranjera en un conflicto que se inició hace casi cinco años y donde al menos 250.000 personas han muerto.
Las áreas ocupadas han vivido duros combates y una escasa ayuda humanitaria para las 40.000 personas que están atrapadas, según ha afirmado en un comunicado el CIRC. "El plan original pretendía una intervención humanitaria mucho mayor que la de el CIRC y que la Media Luna Roja Siria (SARC)", según ha afirmado en un comunicado Marianne Gasser, directora del CIRC en Siria, que participó en la operación.
"Junto con la SARC, estaremos listos para jugar nuestro papel como intermediarios en materia humanitaria para este tipo de misiones", declaró Gasser. En otro comunicado, la ONU ha afirmado que continuarán las negociaciones en relación a la entrega de la ayuda médica y humanitaria o para la evacuación de heridos.
El plan de ayuda fue redactado en el mes de septiembre y tuvo como intermediario a la ONU, que mantuvo conversaciones con Irán, que apoya al Gobierno sirio en la guerra, y con Turquía, que apoya a los rebeldes.
El plan inicial incluía seis meses de tregua en estas zonas y la evacuación de los rebeldes heridos de Zabadani, que presenciaron los ataques entre el ejército sirio y los combatientes libaneses de Hezbolá, por un lado, y los insurgentes, incluyendo el grupo Ahrar Al Sham por el otro.
El secretario general adjunto de la ONU, Jan Eliasson, afirmó la pasada semana que había visto la oportunidad de convocar un alto al fuego en al menos tres o cuatro zonas del país. Dijo además que podría ayudar a disminuir la intensidad del conflicto en Siria, contribuyendo a que se iniciaran las conversaciones para crear un gobierno de transición.