BRUSELAS, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
El primer vuelo del puente humanitario a República Democrática del Congo desde Bélgica y Francia, organizado por la UE, ha aterrizado este lunes en Kinshasa con toneladas de material médico y trabajadores humanitarios a bordo.
Este es el primero de una serie de tres aviones de carga que llegarán al país africano en el marco del esquema organizado por la UE en colaboración con los estados miembro para hacer llegar ayuda humanitaria a países vulnerables, donde el coronavirus corre el riesgo de agravar su delicada situación social.
En total, el puente aéreo hará llegar 40 toneladas de material médico a República Democrática del Congo y facilitará la rotación de trabajadores de las organizaciones humanitarias que operan en el país. A bordo del primer avión han viajado también el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, y los titulares de Exteriores belga, Philippe Goffin, y el francés, Jean-Yves Le Dryan.
"Este nuevo puente aéreo humanitario de la UE transporta ayuda de emergencia a aquellos que más la necesitan. Derrotar el coronavirus en el largo plazo supone trabajar juntos, en especial en las naciones africanas que son socios clave para nosotros. Está en nuestro interés común trabajar con solidaridad", ha señalado el comisario esloveno. Una iniciativa similar se puso en marcha con la vecina República Centroafricana hace un mes.
Entre el material contenido en este primer envío se encuentran suministros médicos, purificadores de agua y productos alimenticios para combatir la desnutrición, además de material de protección, equipos de laboratorios y recursos que envían Bélgica y Francia para ayudar a la República Democrática del Congo ante el coronavirus. La Comisión Europea destaca que ha destinado para este año 40,83 millones en fondos humanitarios para el país centroafricano.
PUENTE AÉREO HUMANITARIO
El objetivo de este proyecto es que agilice el envío de ayuda humanitaria a aquellos países que atraviesen una situación crítica y que estos vuelos se puedan emplear también para realizar repatriaciones o rotación de trabajadores humanitarios.
A través de esta iniciativa, Bruselas financia los vuelos de los Estados miembro al ecompleto mientras que las capitales europeas se encargan de las gestiones con el material humanitario.