Londres, "decepcionado" con la UE por dejar sobre Reino Unido el peso de desbloquear las negociaciones

BRUSELAS, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

El negociador británico para la futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea, David Frost, se ha mostrado "decepcionado" por la respuesta de los líderes europeos a la falta de avances en la negociación, después de que este jueves hayan pedido al Gobierno británico que haga lo posible para desbloquear las negociaciones y pedido a Bruselas que prepare los planes de contingencia ante el riesgo de un Brexit sin acuerdo en diciembre.

"Sorprendido por que la Unión Europea ya no esté comprometida para trabajar intensamente' para alcanzar un acuerdo sobre la relación futura, tal y como se acordó con (la presidenta de la Comisión Europea, Ursula) von der Leyen el pasado 3 de octubre", ha escrito Frost en una primera reacción difundida a través de su perfil de Twitter, poco después de conocerse la posición de los Veintisiete.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen este jueves y viernes en Bruselas para hacer balance de varios asuntos de interés común, entre ellos la relación futura con Reino Unido cuando éste rompa definitivamente con el club el próximo 31 de diciembre.

Tras ser informados por el negociador europeo, Michel Barnier, del estado de las conversaciones y de la falta de avances en las cuestiones clave, los líderes han publicado un texto de conclusiones en el que abogan por seguir negociando "las próximas semanas", pero critican la inmovilidad de Londres e instan al Ejecutivo de Boris Johnson ha dar pasos para salir del punto muerto.

De la declaración de los mandatarios, sin embargo, ha desaparecido la referencia a "intensificar" los esfuerzos para lograr un acuerdo, a pesar de que esta expresión aparecía en los primeros borradores pero que finalmente los líderes han decidido suprimir rebajando así el sentido de urgencia.

Por ello, Frost afea también a los jefes de Estado y de Gobierno que sugieran que el único modo de pactar un nuevo marco de relación es que "todos los movimientos vengan de parte de Reino Unido" y no asuman responsabilidad para el deshielo. "Es un enfoque inusual para conducir una negociación", ha razonado.

Con todo, el negociador británico no ha querido adelantar cuál será la respuesta oficial a este mensaje por parte de Johnson, que comparecerá mañana y que había fijado este jueves día 15 como el plazo para decidir si se estaba cerca de un acuerdo o habría que asumir el fracaso de las negociaciones y preparar la ruptura sin acuerdo.

La Unión Europea también ha alertado en numerosas ocasiones que octubre era el último mes posible para cerrar un acuerdo ambicioso, ya que el proceso de tramitación y ratificación de este tipo de acuerdos requiere meses de preparación y éste debe entrar en vigor el 1 de enero de 2021.

Sin embargo, en Bruselas nadie cree que Johnson comparezca el viernes para anunciar que Reino Unido se retira de la mesa de negociaciones, según diversas fuentes europeas, y sino que se espera seguir negociando unas tres semanas más para, al menos, salvar un acuerdo de mínimos que pueda ser completado más adelante.

De momento, Barnier ha anunciado que este viernes espera retomar las conversaciones con Frost y viajar el lunes a Londres para llevar a cabo una nueva ronda de negociaciones, algo que el británico no ha confirmado por su parte.

Según el diagnóstico europeo, no se ha producido ningún acercamiento desde que arrancaron los contactos en ninguno de los tres asuntos irrenunciables para la UE: Las garantías de que las empresas británicas seguirán las mismas reglas de competencia que las europeas, una gobernanza robusta para el cumplimiento de los acuerdos y permitir el acceso de la flota comunitaria a las aguas británicas.

En la reunión de líderes, los mandatarios se han comprometido a mantener la "solidaridad y unidad" frente a las demandas de Reino Unido, según fuentes europeas, después de que se haya especulado con que hay países como Alemania abiertos a relajar las exigencias en materia de pesca en aras del entendimiento, pese a ser clave para otros países como Francia o España.