Boris Johnson
MIKE SEGAR / REUTERS
Actualizado: sábado, 2 septiembre 2017 22:44


LONDRES, 2 Sep. (Reuters/EP) -

El ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, ha expresado este sábado su esperanza en que la líder birmana, Aung San Suu Kyi, acabe con la violencia contra la minoría musulmana de Biramania, los rohingyas, tras las informaciones sobre nuevos ataques contra esta comunidad.

"Aung Sang Suu Kyi está acertadamente considerada como una de las figuras más inspiradoras de nuestra era, pero el tratamiento de los rohingyas mancha la reputación de Birmania", ha afirmado Johnson en un comunicado oficial. "Espero que pueda utilizar todas sus destacadas cualidades para unir a su país, detener la violencia y poner fin a la discriminación que afecta tanto a los musulmanes como a otras comunidades de Rajine", ha añadido.

Para el jefe de la Diplomacia británica, es "vital" que Suu Kyi "reciba el apoyo del Ejército birmano y que sus intentos de pacificación no se frustren". "Ella y todos en Birmania tendrán nuestro apoyo pleno en esto", ha apostillado.

Miles de casas han quedado reducidas a cenizas debido a los incendios deliberados que han provocado tanto los insurgentes rohingya como las fuerzas birmanas, de acuerdo con diversas fuentes, en el marco de la ola de violencia que recorre desde hace una semana el estado de Rajine, en la costa norte de Birmania.

Human Rights Watch (HRW) ha indicado que "numerosos rohingya que han huido recientemente de varias localidades en Rajine hacia Bangladesh" han contado a la ONG que "soldados y policías birmanos quemaron sus casas y llevaron a cabo ataques armados contra los habitantes". "Muchos sufren aún las heridas de las balas y la metralla", ha dicho.

HRW no duda de que los incendios han sido intencionados porque las lluvias monzónicas que en esta época castigan el Sureste Asiático "hacen muy difícil" que esta gran cantidad de edificios entren en combustión de forma espontánea.

VIOLENCIA EN RAJINE

Cerca de 400 personas han muerto y unas 60.000 han huido de Birmania --casi todos rohingya-- por la ola de violencia que estalló hace una semana en Rajine, de acuerdo con el último balance, que convierte esta crisis en la peor que ha sufrido el país asiático en décadas.

La crisis se desencadenó el pasado viernes, cuando milicianos de ARSA atacaron varios puestos policiales y una base militar en Rajine. En respuesta, el Ejército puso en marcha "operaciones de limpieza" para dar con los insurgentes rohingya. Ha evacuado a la población no musulmana y registra casa por casa en busca de supuestos milicianos.

La situación había permanecido en relativa calma desde el pasado mes de octubre. Entonces, un ataque rohingya contra guardias fronterizos que se cobró nueve vidas entre los uniformados desató nuevos operativos militares que provocaron la huida de 87.000 personas hacia Bangladesh.

Naciones Unidas ha condenado la violencia rohingya y ha pedido a las fuerzas de seguridad que den una respuesta equilibrada a dichos ataques. Además, ha subrayado que esta situación podría haberse evitado si el Gobierno de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi hubiera abandonado la "retórica inflamatoria".

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

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Britain said on Saturday it hoped Myanmar's leader Aung San Suu Kyi would use her "remarkable qualities" to end violence against the Rohingya muslim minority, which has prompted tens of thousands to flee the country.

In one of the deadliest bouts of violence in decades, about 58,600 Rohingya have fled into neighbouring Bangladesh from Myanmar, according to U.N. refugee agency UNHCR, as aid workers there struggle to cope.

"Aung San Suu Kyi is rightly regarded as one of the most inspiring figures of our age but the treatment of the Rohingya is, alas, besmirching the reputation of Burma," Britain's foreign minister Boris Johnson said in a statement on Saturday.

"I hope she can now use all her remarkable qualities to unite her country, to stop the violence and to end the prejudice that afflicts both Muslims and other communities," he said.

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