COX'S BAZAR (BANGLADESH), 19 Sep. (World Vision) -
Una mejora frente a la muerte, una porción mínima de comodidad para las personas que huyen de la violencia en Birmania y que han conseguido cruzar de manera segura a Bangladesh.
"Hemos sobrevivido", ha afirmado Sahara Begum, una mujer que ha llegado con su bebé de un mes. ¿Cuál es el precio de esa supervivencia?. "No tenemos un lugar para vivir ni dinero. No tenemos nada", relata a World Vision, durante una evaluación sobre el terreno en Cox's Bazar, una localidad cuya población se ha multiplicado con la llegada de más de 400.000 personas en las últimas semanas con l flujo de refugiados.
"Mi marido llamó a nuestro primer bebé 'Siddika' (una mujer para la veracidad)", explica Sahara. Solo un mes después de que naciera su bebé, Sahara perdió a su marido, que murió víctima de la violencia que comenzó a finales de agosto en su región en Birmania. Luego su hogar fue atacado y cuando todavía estaba en llamas, ella consiguió huir con su bebé.
Otro refugiado recién llegado a Bangladesh, Hossain, huyó con varios residentes y con su hija de un año y medio, cruzando las oclinas y esquivando los tiroteos durante tres días hasta alcanzar un lugar seguro. "Nuestras casas fueron incendiadas, mataron a varias personas. Llegamos juntos, unos 300 en total, los que hemos logrado sobrevivir", relata. Agua limpia potable, una educación para sus cuatro hijos, letrinas y un techo de plástico son las principales prioridades que tiene ahora.
Foto: SHABIR HUSSAIN/WORLD VISION
"Cuando llueve nos mojamos todos", explica a World Vision, mientras coge a su hija Yasminara. Casi la mitad de los 400.000 refugiados que se estima que han llegado a Bangladesh son niños. Las necesidades urgentes, según las primeras evaluaciones realizadas por un consorcio liderado por Naciones Unidas, incluyen refugios de emergencia, alimentos y nutrición, agua limpia, instalaciones de agua y sanitarias, cuidados de salud básica para curar heridas graves y espacios para niños para alojar a unos 200.000 menores, un número que crece a diario.
Lal, un padre que huyó con dos niños --Osman de siete años y Manu, de ocho--, se refugió durante varios días en una carretera hasta que llegó a un campamento de refugiados improvisado. Su mayor preocupación en los próximos días y semanas es básica, casi primaria. "¿Cómo voy a conseguir alimentos para mis hijos?", se pregunta en voz alta.
Casi la mitad de los 400.000 refugiados que se estima que han llegado a Bangladesh son niños
Según las evaluaciones preliminares realizadas por una coalición liderada por la ONU, las necesidades urgentes de los refugiados en Bangladesh incluyen refugios de emergencia, alimentos, agua limpia, instalaciones para saneamiento e higiene, atención médica básica para tratar lesiones agudas y espacios seguros para más de 200.000 niños.
"Esperamos pocas sorpresas tras la evaluación que estamos realizando", ha explicado el director de World Vision Bangladesh, Fred Witteveen, en un comunicado. "Las emergencias en todo el mundo empujan a la gente a situaciones de vulnerabilidad similares", ha advertido.
Los miembros del equipo de World Vision están ahora mismo en el terreno recopilando información y entrevistando a refugiados, trabajadores de agencias humanitarias y representantes del gobierno.
"World Vision está lista para entrar en cuanto se nos otorgue el acceso", ha subrayado Witteveen. "Los niños son los más vulnerables en los desplazamientos. Si podemos llegar a los necesitados tan pronto como sea posible podrán tener una oportunidad para rehacer sus vidas", ha concluido.