BRASILIA, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha explicado que su antecesor inmediato, Luiz Inácio Lula da Silva, tendrá "los poderes necesarios" para desarrollar sus funciones como jefe de la Casa Civil, cargo con el que se incorporará al Gobierno en plena ofensiva judicial en su contra por sus vínculos con la trama corrupta de Petrobras.
"El presidente Lula, en mi Gobierno, tendrá los poderes necesarios para ayudarnos, para ayudar a Brasil", ha dicho Rousseff en una rueda de prensa celebrada este miércoles en el Palacio de Planalto después de anunciar su nombramiento, según informa 'O'Globo'
"Mi relación con Lula no es una relación de súper poderes", ha subrayado, al tiempo que ha aclarado que está "feliz" de que su mentor político se sume al Ejecutivo porque es "un gran articulador", recordando las muchas voces que en los últimos años "han intentado" enfrentarlos.
Rousseff ha rechazado las críticas que apuntan a que la entrada de Lula en el Gobierno obedece a una estrategia del Partido de los Trabajadores (PT) para blindarlo frente a las pesquisas judiciales, ya que se convertirá en aforado y el caso pasará al Tribunal Supremo, donde la mayoría de los magistrados han sido designados por Lula y Rousseff.
"Esa hipótesis es apenas una sombra, una protección frente al hecho de que --vamos a decir la verdad-- la llegada de Lula fortalece al Gobierno y hay gente que no quiere que el Gobierno se fortalezca", ha planteado la líder izquierdista.
Además, ha negado que la investigación en el alto tribunal vaya a favorecer a Lula. "¿Acaso la investigación del juez federal Sergio Moro es mejor que la del Supremo?", ha cuestionado. "Eso es una inversión jerárquica", ha contestado, afirmando que no tiene sentido.
REMODELACIÓN INTEGRAL
Por otro lado, ha respondido a la teoría esgrimida por los medios brasileños que apunta a que Rousseff planea una remodelación del Gobierno para colocar en los puestos clave --los económicos-- a gente de la confianza de Lula.
Rousseff ha indicado que el ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, y el gobernador del Banco Central, Alexandre Tombini, seguirán en sus cargos, al tiempo que ha afirmado que no habrá un cambio de política económica por la inclusión de Lula.
ACOSADOS
Lula fue detenido brevemente el pasado 4 de marzo para ser interrogado sobre la propiedad de un tríplex ubicado en el Edificio Solaris, un condominio de lujo de Sao Paulo construido por el grupo de ingeniería OAS, involucrado en el escándalo de corrupción de Petrobras.
Los investigadores creen que Lula es el verdadero dueño del apartamento y que lo habría recibido como pago por ejercer su influencia en la adjudicación de los contratos públicos de Petrobras, de acuerdo con la prensa local.
Rousseff ha criticado en varias ocasiones las medidas coercitivas aplicadas sobre su antecesor en el cargo y la semana pasada llegó a apuntar que sería un "orgullo" tener a Lula como ministro del actual Gobierno.
Las investigaciones contra Lula han aumentado la presión sobre el Rousseff, también cuestionada por 'Lava Jato' y objeto de un proceso de juicio político por maquillar las cuentas públicas de 2014. Millones de brasileños se manifestaron el domingo para exigir su dimisión.