Mantienen su primera conversación telefónica desde la crisis de los submarinos
MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Australia, Scott Morrison, han mantenido este jueves su primera conversación telefónica desde el estallido de la crisis de los submarinos, a la que el mandatario galo ha aludido expresamente para lamentar que se haya roto la "relación de confianza" entre ambos países.
Francia llamó a consultas a sus embajadores en Estados Unidos y Australia a raíz del acuerdo que estos dos países suscribieron con Reino Unido --bautizado como la alianza AUKUS--, ya que supuso que la parte australiana rompiese un millonario acuerdo para adquirir submarinos de fabricación gala.
Fue una "decisión unilateral", como ha recordado Macron, que da pie a "otro proyecto aún por concretar". "Se rompió la relación de confianza entre nuestros dos países", ha enfatizado el presidente de Francia, según un comunicado difundido por su oficina.
Macron ha advertido también de los efectos que esta decisión política acarreará para las empresas francesas y otras subcontratatadas, "incluidas australianas", que se quedan fuera de unos contratos que Francia ya daba por seguros.
En este sentido, considera que ahora corresponde a las autoridades de Australia poner sobre la mesa "acciones concretas" con las que "redefinir las bases" de la relación bilateral y adoptar un enfoque común en la región del Indo-Pacífico, una de las prioridades fijadas por el AUKUS.
Macron y Morrison coincidirán este fin de semana en varios foros, primero en Roma con motivo del G20 y luego en Glasgow en la COP26. El mandatario galo se verá cara a cara este viernes en la capital italiana con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, con quien ya ha hablado en dos ocasiones por teléfono desde que estalló la crisis.
Sin embargo, ni la parte francesa ni la australiana han confirmado por ahora una reunión bilateral entre Macron y Morrison, más allá de los contactos esporádicos que puedan mantener en los márgenes de una cumbre en la que están obligados a cruzarse. El primer ministro australiano llegó a quejarse públicamente tras el anuncio del AUKUS de que no había podido hablar por teléfono con el inquilino del Elíseo.
