El candidato de la plataforma independiente ¡En Marcha!, Emmanuel Macron, ha logrado este domingo una clara victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas frente a la candidata del partido ultraderechista, Marine Le Pen, cosechando más del 60 por ciento de los votos. Según los resultados oficiales publicados por el Ministerio del Interior francés, con el 100 por ciento escrutado, Macron ha logrado el 66,06 por ciento de los sufragios y Le Pen se ha quedado con el 33,94 por ciento de las papeletas. Le Pen no ha dudado en reconocer su derrota en las urnas este domingo y ha anunciado que su formación se va a someter a un proceso "transformación" ante la próxima cita de las elecciones legislativas. El futuro presidente de Francia ha comparecido ante miles de seguidores este domingo por la noche en la explanada del Louvre para reivindicar su victoria y para pedir una "mayoría del cambio" en las próximas elecciones legislativas, con el objetivo de poder gobernar sin depender de los deseos de otras formaciones políticas. "Vamos a tener que construir una verdadera mayoría, una mayoría fuerte, una mayoría del cambio, que es a lo que aspira el país. Esta mayoría del cambio es lo que espero de vosotros en seis semanas. Os voy a seguir necesitando. Queridos conciudadanos, todos y todas estáis a mi lado", ha proclamado Macron, que ha llegado al estrado de la explanada del Louvre mientras sonaba la Oda de la Alegría, el himno europeo. Macron ha tenido palabras también para los votantes que se han decantado por Marine Le Pen, la candidata del partido ultraderechista Frente Nacional, y ha pedido a sus seguidores que no les abucheen por su voto. "Les respeto todo lo posible. En estos próximos cinco años voy a trabajar para que dejen de tener razones para votar por los extremos", ha afirmado. Minutos después de las 20.00 horas, la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha comparecido para reconocer su derrota tras haber llamado a Macron para felicitarle por su triunfo, que le convierte en el octavo presidente de la Quinta República y en el mandatario más joven en llegar al palacio del Elíseo, con 39 años. La prensa gala ha recordado que solo ha habido un presidente de Francia más joven que Macron, Luis Napoleón Bonaparte, que llegó al poder en 1848. La victoria de Macron ha seguido la tendencia que vaticinaban las encuestas electorales en las últimas semanas y ha sido un triunfo con un amplio margen de ventaja. Según la proyección de voto realizada por el instituto demoscópico Elabe, Macron ha ganado en la cita electoral con el 65,9 por ciento de los votos, frente al 34,9 por ciento de los sufragios que ha obtenido Le Pen. La abstención se situaría en el 25,8 por ciento, según esta proyección. Tras la reacción de Le Pen, Macron ha tenido una primera intervención poco después de las 21.00 horas, un discurso en el que se ha comprometido a acabar por la "división" y por devolver a los franceses "las oportunidades que Francia les debe". El exministro socialista ha tenido palabras de elogio para el trabajo realizado por el actual presidente, el socialista François Hollande, en los últimos cinco años y también ha lanzado un guiño a los votantes que han apostado por Marine Le Pen, a quienes les ha dicho que les escuchará y trabajará para unir el país. Macron ha afirmado que ahora su deber es "disipar los temores" y "unir a los franceses". "Voy a servir con humildad, con dedicación y determinación en nombre de Francia", ha asegurado el ganador de las elecciones presidenciales francesas. En un discurso marcado por su tono solemne y serio, Macron se ha comprometido a "proteger a los más débiles" y a luchar "contra todas las formas de desigualdad o de discriminación". "Lucharé con todas mis fuerzas contra la división que nos merma y nos hace caer", ha proclamado. Macron ha hecho hincapié en que trabajará para "devolver" a los franceses "las oportunidades que Francia les debe" y ha asegurado que, durante los próximos cinco años, aportará "unidad, entrega y determinación" para "servir en nombre de todos los franceses". "¡Viva la República y viva Francia!", ha concluido. Tras su victoria en las urnas, Richard Ferrand, secretario general de ¡En Marcha!, ha anunciado que Macron anunciará en el plazo de "una semana" quién será el nuevo primer ministro que se pondrá al frente del Gobierno galo. Macron llega a la Presidencia de Francia en un tiempo récord, después de pasar en apenas cinco años de asesor de programas de François Hollande a sucederle en el Palacio del Elíseo. Entre medias, ejerció de ministro de Economía, cargo que abandonó en agosto de 2016 para lanzarse a una aventura política que en su momento fue calificada de residual. Menos de un año después, el exministro es el único superviviente de una clase política moderada que ha aguantado a duras penas el envite de Le Pen. El Frente Nacional ha logrado construirse una sólida base electoral a golpe de populismo y de venderse como el único cambio posible, frente a un 'establishment' en el que también mete a Macron. La plataforma con la que se ha presentado Macron a las elecciones presidenciales, ¡En Marcha!, no dispone todavía de ningún diputado. El movimiento, llamado a reconvertirse en partido al uso, aspira a repetir victoria en los comicios legislativos de junio, algo factible según los sondeos. Si ¡En Marcha! no logra la mayoría parlamentaria, Macron podría verse abocado a nombrar a un primer ministro de otro partido, en principio de Los Republicanos. Este tipo de cohabitación tiene precedentes en la V República, aunque desde el entorno del exbanquero han evitado especular con una opción que restaría valor al meteórico ascenso de Macron. Macron ha evitado escorarse a izquierda o derecha en aras de un centrismo que, al menos de momento, le ha permitido ganar apoyos a uno y otro lado del espectro político. "Lo que quiero es un programa que lleve a Francia al siglo XXI", llegó a decir durante un mitin al desmarcarse de las familias políticas que han dominado históricamente el país. El exministro ha prometido inversiones por valor de 50.000 millones de euros, 15.000 millones de los cuales corresponden a formación laboral y otros tantos a energía y medio ambiente. Su objetivo también pasa por ahorrar 60.000 millones de euros mediante distintas reformas de la administración, entre ellas una modernización que permitiría reducir el gasto en 25.000 millones. La jornada laboral de 35 horas semanales seguiría aunque sujeta a negociación, mientras que los trabajadores con menos ingresos quedarían exentos de ciertos pagos. En el ámbito fiscal, el impuesto de sociedades se reduciría del 33 al 25 por ciento. La seguridad es parte destacada de la campaña y, en relación a este tema, Macron ha prometido crear 15.000 plazas en prisiones, contratar a 10.000 policías y subir el gasto en Defensa hasta el 2 por ciento del PIB.