Anuncia el cierre de la Embajada y todos los consulados en EEUU y el regreso del personal venezolano desplegado allí
MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado este jueves que acepta la propuesta de los gobiernos de México y Uruguay de abrir un nuevo diálogo para pactar una solución a la crisis política del país, que se ha profundizado después de que el titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamara "presidente encargado".
"México y Uruguay han propuesto que se cree una iniciativa internacional para promover un diálogo de las partes en Venezuela, para buscar una negociación, para buscar la paz (...) Estoy listo", ha dicho durante el discurso que ha pronunciado en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para inaugurar el año judicial.
Maduro ha aseverado que está dispuesto a participar en "una iniciativa diplomática" liderada por estos dos países para reactivar el diálogo en Venezuela, subrayando que "ese debe ser el camino" para solucionar la crisis venezolana, "no el intervencionismo".
Los gobiernos de México y Uruguay instaron el miércoles a todas las partes implicadas en la crisis venezolana, "tanto al interior del país como al exterior", a llevar a cabo un "nuevo proceso de negociación incluyente y creíble" para abordar la actual situación.
El embajador uruguayo ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Hugo Cayrús, ha lanzado el mismo mensaje durante la reunión extraordinaria que se ha celebrado este jueves del Consejo Permanente de la OEA: "La prudencia y mesura en este momento es por demás importante para no caer en un espiral de violencia".
Estos dos países, junto con República Dominicana, han sido los únicos de la región que han adoptado una posición neutral. La mayoría de los gobiernos americanos, incluido Estados Unidos, han reconocido a Guaidó como mandatario interino y le han animado a liderar una transición pacífica que desemboque en nuevas elecciones.
El Gobierno y la oposición se han sentado varias veces a la mesa de negociaciones. La última tentativa transcurrió entre septiembre de 2017 y febrero de 2018, auspiciada por el Vaticano, República Dominicana y el trío de ex presidentes formado por el español José Luis Rodríguez Zapatero, el dominicano Leonel Fernández y el panameño Martín Torrijos.
Aunque llegaron incluso a un principio de acuerdo, finalmente el diálogo se rompió. Maduro ha acusado este jueves al líder opositor Julio Borges --ahora exiliado en Colombia-- de boicotear el acuerdo siguiendo órdenes de Bogotá y Washington. "Pasará al basural de la Historia", le ha dicho.
La Mesa de Unidad Democrática (MUD) --coalición opositora--, que ya acudió dividida a las conversaciones en Santo Domingo, ha dejado claro en el último año que no volverá a negociar con el Gobierno de Maduro, alegando que ha incumplido acuerdos anteriores.
Tras las elecciones presidenciales del pasado 20 de mayo, que están en el origen de la actual crisis porque no fueron reconocidas ni por la oposición ni por gran parte de la comunidad internacional, Maduro volvió a proponer un diálogo, aunque sin éxito.
"JUSTICIA"
Por otro lado, Maduro ha reclamado la ayuda del TSJ para "hacer Justicia". "¿Queremos un golpe de Estado en Venezuela?", ha planteado. "Pues entonces (...) las instituciones y los poderes públicos legítimamente constituidos debemos actuar en consecuencia para respaldar una conciencia republicana que exige Justicia", ha indicado.
El dirigente bolivariano ha enfatizado que quiere que la Justicia "funcione" y que esté preparada "para cualquier circunstancia, sea cuando sea y sea como sea". "Preparémonos siempre con la mayor fortaleza moral, política e institucional para lo que sea", ha exhortado.
En el mismo acto, el presidente del TSJ, Maikel Moreno, ha declarado que Venezuela es víctima de un golpe de Estado con intervención extranjera y ha instado a la Asamblea Nacional a "deponer la actitud de desacato constitucional que mantienen desde 2016".
El alto tribunal ya pidió el miércoles a la Fiscalía, en medio de las movilizaciones opositoras y antes de que Guaidó se declarara mandatario interino, "determinar de manera inmediata las responsabilidades a que hubiere lugar" por parte de los miembros de la Asamblea Nacional.
El propio Guaidó sopesó tras su autoproclamación como nuevo jefe de Estado la posibilidad de que fuera detenido. "Esto va a tener consecuencias", dijo al tiempo que añadió: "No temo por eso, temo por nuestra gente, que la está pasando mal".
"AGRESIÓN YANKI"
Además, el presidente venezolano ha insistido en que la crisis política es consecuencia de "una agresión del imperio yanki, que se ha quitado la máscara que a veces tratan de ponerse de demócratas". "Quieren desmembrar a Venezuela para poner las garras sobre sus riquezas", ha alertado.
Maduro ha avisado igualmente de que su "experiencia" de estos años le permite "leer" en las palabras del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que ha pedido a las fuerzas de seguridad que ayudan en la "transición democrática", que "van a empujar a esta derecha a los peores escenarios de locura".
Así, ha ratificado su decisión de romper relaciones con Estados Unidos y ha anunciado además que ha ordenado cerrar la Embajada y todos los consulados de Venezuela en la potencia norteamericana. El personal venezolano regresará el sábado "y vamos a hacerle un acto de bienvenida por todo lo alto", ha avanzado.
"UNA PAYASADA"
El inquilino del Palacio de Miraflores ha repetido asimismo que pretende culminar el segundo mandato de seis años (2019-2025) que inició el pasado 10 de enero, subrayando que para ello tiene "la razón de la ley" pero también "la razón de la fuerza".
En su opinión, la alternativa planteada por Guaidó "no es viable" porque "con un puñado de reconocimientos" de países contrarios a la "doctrina latinoamericanista" no es suficiente. "¿Qué va a ser? ¿un gobierno paralelo? ¿un gobierno de payasos? Una payasada", ha sentenciado.
Si Guaidó logra mantenerse en el poder, ha mencionado aludiendo a un escenario hipotético, la Constitución le obliga a celebrar elecciones presidenciales en un plazo de 30 días, es decir "hacia febrero". Asumiendo que no cumplirá el plazo, ha cuestionado: "¿Y después qué va a hacer? ¿se va a autoprorrogar su autoproclamado mandato?".
"Vamos a seguir gobernando hasta 2025", ha aseverado, si bien se ha mostrado consciente de que será "difícil". Maduro ha sopesado la idea de "mandar" a uno de sus colaboradores personales a Guaidó "para que lo destruya". "Es un chiste", ha aclarado entre risas.