Llama "asesino" a Capriles por la muerte de un policía en Miranda durante la "Toma de Venezuela"
CARACAS, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha anunciado este jueves una nueva subida del salario mínimo, la cuarta en lo que va de año, como parte de un paquete de medidas para aliviar la presión de la crisis económica sobre la población.
Maduro ha ordenado una subida del 20 por ciento del salario mínimo, que se esta forma pasará de 22.576 a 27.092 bolívares (2.081 y 2.498 euros, según el cambio oficial). El último incremento, de hasta un 50 por ciento, se produjo el pasado 12 de agosto.
El dirigente bolivariano ha anunciado además que los pensionistas del Instituto Venezolano de Seguros Sociales recibirán un mes adicional de aguinaldo este año, con lo sumarán tres meses. Esta paga extra será también de 27.092 bolívares.
"Como parte del compromiso para vigilar y proteger el salario de los trabajadores he decido activar el cuarto aumento salarial a partir del 1 de noviembre con incidencia en los aguinaldos", ha dicho en un acto de entrega de viviendas sociales.
Asimismo, ha dictado un alza del 50 por ciento en el bono para la compra de alimentos que reciben los trabajadores de la economía formal, que se situará en 63.720 bolívares (5.874 euros), desde los 42.480 actuales (3.916).
El Palacio de Miraflores ha encadenado ya varias subidas porque, si bien no hay datos oficiales, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la inflación en Venezuela podría cerrar 2016 cerca de un 500 por ciento y hasta en un 2.200 por ciento en 2017.
Por otro lado, ha informado de que este viernes se activarán 720 comités operativos de la Gran Misión Abastecimiento Soberano para controlar la producción en las empresas venezolanas, coincidiendo con la huelga general que ha convocado para ese mismo día la oposición en señal de protesta por la suspensión del referéndum revocatorio.
"Trabajo y más trabajo es nuestra respuesta al sabotaje", ha destacado. El Gobierno argumenta que la crisis es fruto de una "guerra económica" lanzada por la oposición venezolana con la apoya de potencias extranjeras para derrocar al 'chavismo'.
ACUSACIÓN CONTRA CAPRILES
Por otro lado, Maduro ha acusado al gobernador de Miranda, el líder opositor Henrique Capriles, de los hechos violentos ocurridos en este estado venezolano durante la manifestación contra el Gobierno que se celebró el miércoles en todo el país.
Maduro ha calificado a Capriles de "asesino" por la muerte del policía en José Alejandro Molina, que recibió un disparo cuando vigilaba la marcha opositora por la carretera Panamericana, que comunica Caracas con los Altos Mirandinos.
"¿Quien lo mató? El odio, la intolerancia, la violencia ciega. ¿Y quién ha sembrado eso? Capriles. Él es responsable de esa muerte, así lo señalo ante la opinión pública porque él es quien ha estado llamando a asaltar el Palacio de Miraflores", ha sostenido.
La de Molina fue la única muerte registrada en la llamada "Toma de Venezuela", aunque hubo cientos de heridos y detenidos por los enfrentamientos que se produjeron en varias ciudades venezolanas entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
DIÁLOGO CON LA MUD
Maduro ha aprovechado también para confirmar que asistirá a la primera sesión del diálogo con la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para buscar una solución negociada a la crisis política, económica y social que sufre la nación caribeña.
"Lo ratifico el próximo domingo llueva, truene o relampaguee yo voy a asistir a las mesas de diálogo que se han convocado con el enviado del Papa, UNASUR y los ex presidentes", ha afirmado. "¿Si no es el diálogo qué? ¿La guerra, la violencia y el enfrentamiento entre venezolanos? Pues no", ha subrayado.
El secretario ejecutivo de la coalición opositora, Jesús 'Chúo' Torrealba, se ha expresado en la misma línea. "La MUD hablará con quien tenga que hablar para que los venezolanos puedan expresarse a través del voto", ha anunciado en su programa de radio. "Ocupémonos de que sean los votos y no las balas los que hablen. Ocupémonos de que sean las urnas electorales y no las urnas de las funerarias las que traigan una solución al país", ha defendido.