CARACAS, 23 Sep. (Reuters/EP) -
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha señalado este martes que ha dado "un buen paso" junto a su par colombiano, Juan Manuel Santos, para solucionar los problemas en la frontera común que provocaron una crisis diplomática en el último mes.
Los presidentes de Venezuela y Colombia acordaron el pasado lunes el retorno inmediato de sus respectivos embajadores y el inicio de conversaciones para conseguir una progresiva normalización de las actividades en la frontera, después de que Maduro ordenase en agosto el cierre de algunos pasos.
El compromiso de ambos presidentes se suscribió en una reunión en la capital de Ecuador, Quito, con el acompañamiento de los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, quienes facilitaron el diálogo.
"Ayer dimos un buen paso para encaminar esfuerzos difíciles para construir una nueva frontera y nuevas relaciones", ha añadido Maduro, en sus primeros comentarios sobre el encuentro en que ambos presidentes debatieron por más de cuatro horas.
"Estamos en otra época. No van a sonar más las trompetas de la guerra, sino los campanazos de una nueva era de paz", ha afirmado en su programa semanal de televisión.
El mandatario venezolano ha indicado que al final del encuentro conversó a solas con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, durante una hora e insistió en que su Gobierno apoyará el proceso de paz que adelanta el país vecino para resolver un conflicto armado interno.
"Nunca jamás el comandante Chávez y yo hemos dudado en apoyar a Colombia en la resolución de su conflicto armado, sin inmiscuirnos en sus asuntos internos", ha comentado Maduro. "Si me preguntaran sobre el proceso de paz, yo diría que va muy lento", ha apostillado.
Santos y Maduro acordaron que sus ministros se reunirán este miércoles para continuar discutiendo sobre los problemas de contrabando e inseguridad en la frontera común.
Maduro ha agregado que propuso un plan de trabajo de por lo menos seis meses para reabrir plenamente la frontera con Colombia.
Desde que comenzó el cierre de la frontera, más de 16.000 colombianos han regresado a su país, incluidos unos 1.500 deportados por Venezuela, lo que ha desatado una crisis diplomática y humanitaria que derivó en la llamada a consulta de sus embajadores.