KUALA LUMPUR 5 May. (Reuters/EP) -
La Policía de Malasia ha detenido este viernes a un tercer ciudadano de Turquía como sospechoso de suponer una amenaza para la seguridad nacional, tras haber arrestado a otras dos personas de este país con similares argumentos.
Las detenciones llegan en medio de las preocupaciones manifestadas por la organización Human Rights Watch por la posibilidad de que las autoridades malasias estén deteniendo a ciudadanos turcos por la presión del Gobierno de Ankara.
Turgay Karaman, director de una escuela internacional, e Ihsan Aslan, un empresario, fueron arrestados el martes de esta semana. Ismet Ozcelik, el director de una universidad turca, fue detenido por la Policía este jueves, según ha contado el inspector jefe de la Policía malasia, Jalid Abú Bakar, en declaraciones a la prensa.
El alto mando policial ha asegurado que Ozcelik conocía a Karaman y Aslan pero ha rechazado pronunciarse sobre las informaciones que señalan que los tres hombres estarían vinculados a Estado Islámico o al clérigo turco Fethulá Gulen, residente en Estados Unidos.
El Gobierno turco acusa a Gulen de ser el impulsor del golpe de Estado del 15 julio de 2016, una acusación que el clérigo y sus seguidores rechazan. El inspector Jalid ha dicho que las detenciones no se han realizado a petición del Gobierno turco.
"¿Por qué íbamos a esperar por instrucciones desde el extranjero? Tenemos nuestras propias leyes", ha argumentado. "A las personas que amenazan nuestra seguridad no les damos la bienvenida. Son extranjeros que vienen aquí para intentar alterar la paz", ha señalado.
Ozcelik ya había sido arrestado en diciembre y está afrontando cargos, junto a otras cuatro personas, por impedir que los responsables de Inmigración cumplieran su deber. Rosli Dahlan, el abogado de Ozcelik, ha dicho que su cliente pasó más de 50 días en prisión preventiva desde su arresto en diciembre y se ha preguntado por qué han vuelto a detenerle.
"No había nada sobre Estado Islámico ni ningún vinculo terrorista entonces", ha subrayado Rosli. Rosli había asegurado anteriormente a Reuters que dos ciudadanos turcos estaban desaparecidos desde octubre y que luego descubrió que les habían deportado a Turquía.
El Gobierno de Turquía ha presionado a otros países en los que hay presencia de instituciones vinculadas a Gulen, cuyo movimiento Hizmet controla unos 2.000 centros educativos en todo el mundo.
El subdirector para Asia de Human Rights Watch, Phil Robertson, ha afirmado que la Policía debería explicar por qué se detiene por motivos de seguridad sin presentar cargos a ciudadanos turcos, al tiempo que ha señalado que los arrestos llegan en un momento en el que Turquía "está persiguiendo en todo el mundo a los que percibe como opositores".
La Policía "debería revelar mucha más información sobre estos casos para que las personas crean seriamente que Ankara no tiene nada que ver con esto", ha explicado, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters.