KUALA LUMPUR 21 Jul. (Reuters/EP) -
Malasia ha prohibido la entrada de mujeres con ropa considerada sugerente en edificios oficiales, lo que ha aumentado el temor de un creciente conservadurismo en el país asiático, que cuenta con numerosas minorías no musulmanas y que siempre ha sido visto como un país islámico moderado.
El código de vestimenta, que prohíbe la ropa sugerente femenina en los edificios oficiales, no se ha seguido de forma estricta, por lo que el endurecimiento de la norma, que ha acabado afectando a aquellas prendas que se consideren que muestran mucha pierna, ha sido toda una sorpresa para muchos malasios.
La medida se ha difundido rápidamente por las redes sociales y ha generado fuertes críticas por parte de numerosos activistas que han alertado de que ahora los funcionarios pueden juzgar y corregir la forma de vestir de las mujeres.
"No se les paga para ser los policías de la moda", ha manifestado la activista por los derechos civiles Marina Mahathir, hija del ex primer ministro Mahatir Mohamed. "Ya que nadie de los de arriba dice que esto está mal, se toman la licencia para hacerlo", ha añadido.
La activista ha recordado que su padre se negó durante sus 22 años de mandato a que se llevaran a cabo estas medidas por parte de los funcionarios. Mahatir ha asegurado que Malasia está retrocediendo y "actuando como Arabia Saudí".
Las mujeres malasias comenzaron a adoptar estilos de vestir conservadores en los años setenta, como reflejo del aumento de la politización de la religión en el mundo islámico. Muchas mujeres llevan ahora el velo típico musulmán, prenda que sólo vestía la minoría conservadora hace algunas décadas.
Para muchos analistas, la reticencia del primer ministro, Najib Razak, a intervenir en la aplicación repentina del código de vestimenta demuestra que el líder liberal no está dispuesto a hacer frente a los conservadores en un momento en el que se enfrente a varias acusaciones por corrupción.
Varios analistas políticos y activistas han acusado a partidos como la Organización Nacional de Malasios Unidos, la formación de Najib que lidera la coalición gobernante, de utilizar la religión para afianzar el apoyo del electorado. Muchos líderes "temen que si se cuestiona su religiosidad podrían enfadar al electorado o perder votos", ha afirmado Ivy Josiah, asesor de la Organización de Ayuda a las Mujeres.
El partido de Najib, que sufrió su peor resultado electoral en 2013, confía en el apoyo a su formación de la mayoría étnica malaya, que suele ser más conservadora, particularmente en áreas rurales. Najib afirmó hace poco que el Corán debería ser la guía para todas las políticas y acciones gubernamentales. La Constitución define el Islam como la religión oficial de Malasia, pero permite la práctica de otros credos.
MEDIDA "EMBARAZOSA"
Varios religiosos académicos han expresado su respaldo al endurecimiento del código de vestimenta como una muestra de respeto a los musulmanes, particularmente durante el mes sagrado del Ramadán, que concluyó hace unos días.
"Si un musulmán que está ayunando ve el 'aurat' (partes que deben ser cubiertas con ropa) de una mujer se eliminarán sus beneficios sagrados", ha manifestado Harussani Zakaria, en referencia a la creencia islámica de que el ayuno sagrado proporciona paz interior.
Sin embargo, muchas mujeres han criticado duramente la medida. "Para mí ha sido embarazoso"; ha asegurado C. Premananthi, una reportera de 32 años a la que se prohibió la entrada a un edificio oficial, pero que se negó a llevar una falda larga que le ofrecieron los guardias de seguridad.