SEÚL, 30 Dic. (Reuters/EP) -
Cientos de personas se han unido este miércoles a dos de las mujeres esclavizadas sexualmente durante la ocupación japonesa para protestar contra el acuerdo firmado esta semana entre Seúl y Tokio, en base al cual ambos países dan por zanjadas las cuestiones pendientes sobre las denominadas 'mujeres de confort'.
"No podemos confiar en el Gobierno", ha dicho una de estas víctimas, Lee Yong Su, de 88 años. Esta mujer ha lamentado que las autoridades no consultasen previamente a los colectivos de damnificados y ha prometido que seguirán "luchando hasta el final" para ver reconocidos sus derechos.
Lee y el resto de manifestantes, entre los que figuraban diputados de la oposición, han reclamado una disculpa sincera por parte de Japón y una compensación formal para las víctimas. "No hicimos nada malo", ha insistido esta mujer, que considera que Japón aún "intenta negar sus crímenes" pasados.
La manifestación se ha desarrollado en torno a la Embajada de Japón y junto a la estatua de bronce que simboliza a las 'mujeres de confort', el eufemismo utilizado para hablar de quienes se vieron forzadas a trabajar en los burdeles bajo control japonés. La zona ha sido escenario de concentraciones semanales desde 1992.
Con el acuerdo alcanzado esta semana, el Gobierno surcoreano acepta dar carpetazo "irreversible" al tema a cambio de una disculpa del primer ministro nipón, Shinzo Abe, y de una contribución económica al fondo de ayuda a las víctimas.
Los activistas surcoreanos calculan que hasta 200.00 mujeres sufrieron los abusos de las fuerzas ocupantes antes o durante la Segunda Guerra Mundial. Sólo 46 de estas víctimas continúan vivas y su media de edad ronda los 90 años.