MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Malí ha anunciado este miércoles la muerte de 20 presuntos terroristas en los combates que estallaron el domingo tras un ataque contra un puesto de control en la localidad de Mondoro, situada cerca de la frontera con Burkina Faso.
Las Fuerzas Armadas malienses han recalcado en su comunicado que el ataque fue "repelido" y ha apuntado que se destruyeron vehículos y motocicletas en varios bombardeos en la zona durante los enfrentamientos.
"Las evaluaciones terrestres siguen en marcha. Hasta ahora ha sido hallada una veintena de cuerpos calcinados de terroristas", ha manifestado. El Ejército confirmó el lunes que en los combates habían muerto seis militares.
Mondoro, una localidad ubicada en la provincia de Mopti (centro), ha sido escenario de tres ataques por parte de hombres armados desde septiembre de 2019. Por el momento no ha habido reclamación de la autoría del ataque.
Malí ha venido registrando en los últimos meses un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.
La violencia se ha extendido además a otros países de la región, principalmente Burkina Faso y Níger, donde, según denunció en enero el representante especial de la ONU para el Sahel, Mohamed Ibn Chambas, ha habido "un devastador aumento en los ataques terroristas contra objetivos civiles y militares" durante los últimos meses.
El epicentro de esta violencia, detrás de la que están tanto la filial de Al Qaeda en la región --el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM)-- como la de Estado Islámico --Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS)-- así como otros grupos autóctonos como Ansarul Islam, lo constituyen Malí, Burkina Faso y el oeste de Níger.
En estos tres países, según Ibn Chambas, hubo en 2019 más de 4.000 muertos, una cifra que quintuplica los 770 que dejaron las acciones de los grupos terroristas en 2016. El responsable de la ONU llamó además la atención sobre el hecho de que "el foco geográfico" se está trasladando hacia el este, "amenazando cada vez más a los países costeros de África Occidental".