MADRID, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Malí ha salido al paso de las informaciones sobre presuntos avances del grupo yihadista Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS) en la región de Ménaka, situada en la frontera con Níger, y ha recalcado que continúa llevando a cabo operaciones en la zona, en medio del deterioro de la situación de seguridad durante los últimos meses.
El director de Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas malienses, Souleymane Dembélé, ha indicado que los militares "realizan patrullas regulares en la ciudad de Ménaka". "Si un día nos cruzamos con miembros de iSGS, los combatiremos como al resto de terroristas", ha señalado.
Asimismo, Dembélé ha hecho hincapié en que las Fuerzas Armadas mantienen su dinámica "ofensiva" contra los grupos terroristas que operan en el país africano, entre los que también figura la filial de Al Qaeda en el país, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM).
De esta forma, ha asegurado que desde el mes de octubre han sido "neutralizados" más de 130 sospechosos, mientras que otros 120 han sido detenidos, en unas operaciones que se han saldado además con la incautación de armamento, municiones y otro material militar y logístico.
Por otra parte, ha rechazado formalmente las acusaciones sobre la ejecución de 50 civiles en la localidad de Gueldié por parte de militares y mercenarios del Grupo Wagner, fundado por un oligarca próximo al presidente ruso, Vladimir Putin, y que da apoyo a Bamako en su lucha contra los grupos terroristas.
Dembélé ha indicado que, de hecho, el Ejército "neutralizó" a 15 presuntos terroristas durante la operación y ha manifestado que fue llevada a cabo a través de informaciones "precisas", tal y como ha recogido el portal maliense de noticias aBamako. "No trabajamos con Wagner, sino con cooperantes del Ejército ruso en el marco de una colaboración bilateral histórica entre ambos estados", ha zanjado.
Ménaka fue escenario en octubre de unos combates entre los grupos yihadistas ISGS y JNIM en torno a sus disputas por el control de territorios en Ménaka, lo que obligó a miles de personas a huir hacia zonas más seguras del país africano.
Las declaraciones del Ejército llegan en medio de los planes por parte de sindicatos de la ciudad maliense de Gao para iniciar una huelga de dos días ante la creciente inseguridad y después de que una destacada milicia progubernamental hiciera el lunes un llamamiento a la comunidad tuareg a alzarse en armas contra Estado Islámico, según la cadena de televisión británica BBC.
Por su parte, el presidente de Níger, Mohamad Bazoum, alertó en septiembre de que "es muy probable" que ISGS se hagan con el control de la ciudad de Ménaka y destacó que "la situación en la región de Ménaka se ha degradado totalmente tras la salida de 'Barkhane'", en referencia a la misión militar francesa en Malí.
Malí, al igual que otros países del Sahel, ha venido registrando en los últimos años un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.