BERLÍN, 6 Abr. (DPA/EP) -
Miles de personas se han manifestado este sábado en Berlín contra el continuo aumento de los alquileres y contra la concentración de la propiedad de las viviendas de la ciudad en manos de grandes propietarios. Una de las propuestas lanzadas es que el Ayuntamiento recupere la propiedad de las casas de terratenientes que tengan más de 3.000 viviendas para que esta cifra sea el máximo legal.
Los manifestantes han exhibido un tiburón gigante para protestar contra los tiburones inmobiliarios y demandar el "derecho a vivienda" frente a los desahucios y el Mietenwahnsinn, "la locura de precios de los alquileres".
"Hemos tenido durante años experiencias muy malas con estas empresas inmobiliarias y sabemos que responden ante sus accionistas y no ante los inquilinos. No las queremos ya en nuestra ciudad", ha explicado uno de los convocantes, Rouzbeh Taheri, en declaraciones a Reuters.
También ha habido protestas en otras ciudades como Múnich, Colonia, Leipzig y Frankfurt y en ciudades de otros países como París, Barcelona y Lisboa.
En la capital alemana se está además recogiendo firmas para una petición sobre un referéndum para expropiar a las inmobiliarias y exige que las empresas con más de 3.000 viviendas puedan ser expropiadas para lograr un beneficio público.
El alquiler de vivienda privada costaba unos 0,70 euros por metro cuadrado más que la vivienda pública en 2013, pero en 2017 la diferencia era ya de 1,30 euros, según el Instituto Económico Alemán (IW).
El Senado del estado de Berlín estima que comprar estos pisos privados, unos 200.000, costaría a la ciudad-estado más de 30.000 millones de euros y se trata de una administarción ya profundamente endeudada. Las encuestas apuntan a que si se vota, la propuesta podría salir adelante.
Michael Zahn, portavoz de Deutsche Wohnen, una de las inmoviliarias criticadas por este movimiento, ha reconocido que la situación de la vivienda en Berlín está "muy ajustado", pero ha criticado que el actual debate por "populista e ideológico".
Deutsche Wohnen, que tiene en propiedad unos 115.000 pisos, ha subido los precios del alquiler un 3,6 por ciento de media desde hace un año. Los alquilados pagan una media de 6,70 euros de alquiler sin suministros mientras que los nuevos inquilinos tienen que asumir 9,08 euros, según cifras de la propia empresa.
A nivel político, los principales partidos han reaccionado a estas protestas en un abanico que va desde los liberales del FDP, cuyo líder, Christian Lindner, ha reprochado a los convocantes que se aprovechen de la situación para defender "un experimento socialista fracasado".
Desde Los Verdes, su portavoz parlamentaria, Katrin Goering-Eckardt, ha advertido de que el problema de la subida de los alquileres es "un barril de pólvora social".
El líder de los socialdemócratas, Andrea Nahles, ha argumentado en declaraciones al 'Bild am Sonntag' que "entiende la rabia contra las inmobiliarias que quieren exprimir hasta el último céntimo a los inquilinos, pero la expropiación puede tardar años y no crea ni un solo apartamento".
Desde la reunificación de Alemania, en 1990, Berlín era un atractivo para artistas, músicos y estudiantes atraídos por unos precios de la vivienda mucho más bajos que en otras ciudades europeas. Aproximadamente el 85 por ciento de los berlineses viven de alquiler.
Sin embargo, en la última década llegaban a la ciudad unas 40.000 personas al año y desde 2008 se han duplicado los alquileres.
around 115,000 flats.