LAGUNA BEACH (ESTADOS UNIDOS), 21 (Reuters/EP)
Manifestantes de extrema derecha y antifascistas se han enfrentado en Laguna Beach, una localidad de la costa de sur de California, en el marco de la escalada de tensión desatada la semana pasada en Charlottesville (Virginia) por la retirada de monumentos a la Confederación.
Decenas de personas se han movilizado bajo el eslogan de la campaña electoral de Donald Trump --'Estados Unidos primero'-- y han tenido que ser escoltadas por la Policía para evitar choques con grupos antifascistas que gritaban "vergüenza" y "no a la supremacía blanca".
"No somos un movimiento de supremacía blanca, somos un movimiento que apoya (la campaña gubernamental) 'Estados Unidos primero'", ha defendido Beverly Welch, un asistente sanitario de 56 años que protestaba contra la inmigración ilegal. "Estamos intentando salvar nuestro país", ha sostenido.
Finalmente, las dos manifestaciones se han encontrado, lo que ha dado lugar a enfrentamientos, aunque sin alcanzar el nivel de violencia registrado en Charlottesville. La Policía ha intervenido para dispersar a la multitud y ha detenido a tres personas.
Los sucesos de este tipo se han repetido en otros lugares de Estados Unidos desde que el pasado 12 de agosto supremacistas blancos marcharan por Charlottesville para protestar por la retirada de la estatua de un general confederado. Los antifascistas convocaron una contramarcha que fue arrollada por un coche de un ultraderechista. En los disturbios de ese fin de semana tres personas murieron, incluidos dos policías y 30 resultaron heridas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, contribuyó a la polémica por equiparar a los grupos de ultraderecha con los manifestantes antifascistas. "No todos eran neonazis. No todos eran supremacistas blancos", dijo y recriminó a la "izquierda alternativa" la violencia con la que respondió a las concentraciones de extrema derecha.