RÍO DE JANEIRO, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las calles de decenas de ciudades de Brasil se han llenado este jueves de miles de manifestantes, en su mayoría simpatizantes del Partido de los Trabajadores (PT), que han mostrado su apoyo al Gobierno de Dilma Rousseff ante las amenazas "golpistas" de quienes marcharon el domingo contra el Ejecutivo.
Las manifestaciones, convocadas por la Central Única de Trabajadores (CUT) y otras entidades afines al Gobierno, como el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) y la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), tenían como objetivo apoyar al Gobierno pero al mismo tiempo criticar la política de austeridad y recortes.
Este apoyo 'crítico' se ha hecho notar en la marcha que ha recorrido el centro de Río de Janeiro, que aunque ha estado dominada por los gritos contra el supuesto intento de golpe de Estado y contra el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha (Partido del Movimiento Democrático de Brasil), también ha servido para recordarle a Rousseff sus compromisos electorales.
"Los sindicatos ayudamos a que fuera elegida presidenta, pero lo primero que hizo fue aprobar medidas contra la clase trabajadora, como el proyecto de ley de externalización de empleo o los cambios en la jubilación y las pensiones", explicaba a Europa Press Marcelo Nunes, trabajador en una plataforma petrolífera de Petrobras y miembro del sindicato Sindipetro NF.
La corrupción y el escándalo de Petrobras han estado casi ausentes de la protesta, más centrada en evidenciar la decepción de algunos votantes con una política económica que muchos consideran neoliberal y dictada por los intereses del mercado financiero.
En cualquier caso, la prioridad de los manifestantes era defender la legitimidad de la presidenta: "Estamos aquí para defender la democracia. La élite brasileña quiere derribar a Dilma de cualquier manera", denunciaba Cecilia Rangel, actriz y fiel votante del PT.
Muy cerca, una pancarta mostraba a una Dilma sonriente rodeada con la frase 'Me curvo pero no me rompo', que pronunció por primera vez la semana pasada y ya va camino de convertirse en un nuevo lema para sus seguidores.
El ambiente festivo de la manifestación, teñida de banderas y camisetas rojas --el color típico del PT-- también ha tenido toques de humor pese a la seriedad de las reivindicaciones; un grupo de payasos músicos cantaba 'marcinhas' de Carnaval pidiendo la dimisión de Cunha y algunos vendían camisetas con la frase 'Keep calm, no habrá golpe'.
Río de Janeiro ha sido una de las 39 ciudades en las que se han registrado protestas, según la Policía Militar, que en todo el país habría contabilizado a 73.000 personas, frente a las 175.000 que defienden los organizadores.