MADRID, 13 Jun. (EDIZIONES) -
África esconde a una población de piel, pelo y ojos claros que arrastra el estigma de ser un 'fantasma' en el continente negro. Las personas con albinismo han muerto por decenas en los últimos años, víctimas de ataques y supersticiones que incluyen en algunos casos poner precio a seres humanos.
"Las personas nacidas con albinismo pueden tener una vida normal, sana y productiva si reciben las oportunidades adecuadas pero, lamentablemente, muchos sufren aislamiento, mutilaciones e incluso la muerte por culpa de una discriminación persistente y de la ignorancia que rodea su condición", ha lamentado el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, con motivo del Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo, que se celebra este 13 de junio.
No en vano, la persecución de los albinos es a su vez origen y consecuencia de toda una serie de supersticiones. Parte de la población los ve como una maldición que lleva aparejada mala suerte, enfermedades o incluso la muerte. Al mismo tiempo, son un bien preciado tanto por intereses económicos como de brujería.
Entre las creencias extendidas figura que mantener relaciones sexuales con una mujer albina puede curar el sida, que beber la sangre de una persona con albinismo atrae la buena fortuna o que su cuerpo --todo o por partes-- puede convertirse en amuleto. La brujería local considera que los miembros amputados de estos 'fantasmas' son fuente de riquezas e incluso hay quien considera que, cuanto más grite la víctima en una amputación, mayor será la suerte.
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha alertado de que la demanda de partes de albinos suele aumentar durante el periodo electoral en busca de la buena suerte en las urnas, lo que convierte este tipo de procesos participativos en una amenaza para este perseguido colectivo.
La ONU ha asegurado que, entre 2000 y 2013, se produjeron más de 200 ataques vinculados a ceremonias rituales en un total de 15 países del continente africano. Amnistía Internacional también denunció este mes el "clima de terror" en el que viven miles de personas con albinismo en Malaui, donde al menos 18 personas han sido asesinadas desde noviembre de 2014.
EL PRECIO
Al margen del interés esotérico en torno a los albinos, impera otro enfoque más materialista que los equipara a animales salvajes objetivo de la compraventa ilegal. Un informe difundido en 2009 por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja mencionaba que un 'paquete completo' de brazos, piernas, genitales, orejas, lengua y nariz podía llegar a venderse en Tanzania por unos 75.000 dólares.
En 2010, un tribunal de este país africano condenó a una persona por intentar vender a un hombre albino por 250.000 dólares, según Naciones Unidas, si bien los precios varían en función de los diversos informes.
Un malauí de 37 años ha contado a Amnistía Internacional cómo sufrió en primera persona este interés mercantilista en torno a los albinos: "Hay gente que me ha dicho en mi cara que me venderían. Una vez alguien me dijo que valía 6 millones de kuachas" (7.500 euros).
"NO HE CONOCIDO LA FELICIDAD"
A nivel social, la historia de la comunidad albina equivale a miedo y ostracismo. La organización Standing Voice ha alertado de que, en Tanzania, sólo la mitad de los niños albinos concluyen la educación primaria y sólo el 7 por ciento encuentra un empleo estable.
La creencia de que los niños albinos son fuente de mala suerte o fruto de una relación con mujeres infieles acarrea en muchas ocasiones el abandono o incluso el asesinato de bebés y madres, repudiados por sus propias familias.
"No he conocido la felicidad", contó a la ONU una de estas víctimas, que recordó cómo ya desde pequeña su padre la rechazaba y se refería a ella como un "demonio" ante sus hermanos. "No quiso mandarme a la escuela", relató.
Fue su tío quien la ayudó a que pudiese estudiar, pero en las clases la situación tampoco difirió a la de su hogar, ya que profesores y alumnos contribuyeron a la mofa y la marginación. "Se reían porque no podía ver la pizarra".
Finalmente, harta de insultos, dejó el colegio y se vio "en la calle, sin ayuda". "Cuando intentaba vender productos en el mercado, nadie quería comprarlos. Un hombre me violó y ahora tengo un hijo de 15 meses. Me siento sola y desesperada", lamentó, en un duro testimonio que da cuenta de una de tantas historias.
MUCHO POR HACER
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha cifrado en más de 70 el número de personas asesinadas en Tanzania en la última década por su condición de albinos. Sin embargo, en este periodo apenas se han cerrado un puñado de procedimientos judiciales.
El caso de Burundi también refleja una tendencia similar, ya que aunque desde 2008 las autoridades han detenido a once personas por supuestos ataques contra albinos, sólo una ha sido condenada. Por su parte, en República Democrática del Congo dos personas fueron condenadas a muerte en 2010 por el asesinato de un albino.
El director de Amnistía Internacional en África, Deprose Muchena, ha llamado a romper con el "clima de impunidad", que ha llevado en ocasiones a la población local a tomarse la justicia por su mano. En marzo de este año, una turba ciudadana quemó a siete personas en el distrito malauí de Nsanje --fronterizo con Mozambique-- por su presunta relación con el tráfico de partes de personas con albinismo.
Ban Ki Moon también ha instado a todos los países a adoptar medidas, toda vez que "estos actos criminales requieren justicia". Asimismo, ha subrayado que los Estados deben garantizar que las personas discriminadas tengan un "acceso adecuado" a servicios sanitarios, sociales, empleos y educación.
ESPERANZA
Durante estos últimos años se han dado tímidos pero esperanzadores pasos en favor de la igualdad y países como Tanzania han prohibido prácticas de brujería e incluso han dado la bienvenida a los albinos en la primera línea política. Abdalá Possi ejerce como viceministro en Tanzania e Isaac Mwaura es diputado en Kenia, por ejemplo.
Varios relatores de la ONU han recordado en una nota conjunta que la visibilidad también ha llegado a la moda, el deporte o a la sociedad civil, unas "historias de éxito" que dan esperanza a una población históricamente castigada. "El camino para alcanzar la meta todavía es largo", han advertido con motivo de este día internacional.