MADRID 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un tribunal de Marrakech juzga desde este viernes a dos chicas adolescentes de 16 y 17 años por un supuesto delito de comportamiento homosexual, en concreto por un beso que fue denunciado por la madre de una de ellas y que les puede costar hasta tres años de cárcel en caso de ser declaradas culpables.
El 27 de octubre, la madre de C.S llevó a su hija y a B.H ante una comisaría de Policía después de haber visto una foto de ambas besándose en el teléfono móvil y de detectar una marca en el cuello de la menor. Las dos jóvenes fueron detenidas inmediatamente y, dos días más tarde, la Fiscalía las acusó formalmente de violar el artículo 489 del Código Penal.
Las leyes marroquíes castigan los actos de "desviación sexual" entre personas del mismo sexo, lo que en la práctica implica criminalizar la homosexualidad con penas de hasta tres años de cárcel y multas de hasta 1.000 dirhams (unos 98 euros). Los menores pueden ser juzgados como adultos si se cumplen ciertos requisitos.
"Estas dos chicas podrían ir a prisión simplemente por expresar afecto", ha lamentado la directora de Human Rights Watch (HRW) para Oriente Próximo y el Norte de África, Sarah Leah Whitson. La ONG ha pedido la retirada de los cargos y ha instado a Marruecos a "dejar de procesar personas por actos privados consensuados".
El abogado de una de las acusadas, Moulay Elghourfi, ha asegurado que la única prueba presentada contra las menores es una supuesta "confesión" ante la Policía que las adolescentes impugnaron posteriormente ante la Fiscalía. B.H. ha explicado a la ONG Aswat que firmó cinco documentos que ni siquiera pudo leer.
HRW ha recordado que criminalizar las conductas sexuales supone un incumplimiento de los Derechos Humanos y una violación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificada por Marruecos en 1979. La Constitución de 2011, además, advierte en su prólogo contra la "discriminación".
"Pese a que Marruecos afronta problemas reales de pobreza, desempleo y extremismo, las autoridades encuentran tiempo para procesar a dos adolescentes por un supuesto beso", ha lamentado Whitson.