WASHINGTON, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Más de 1.000 millones de mujeres de todo el mundo viven en países donde no existe ningún tipo de cobertura legal para hacer frente a la violencia sexual cometida en el seno de la pareja o por parte de un familiar, según un estudio del Banco Mundial que alerta de la "epidemia" que se cierne a nivel mundial sobre la seguridad de las mujeres.
El estudio, 'Tendencias Globales y Regionales sobre la Protección Legal de las Mujeres frente a la Violencia Doméstica y el Acoso Sexual', examina la situación en la que se encuentra la mitad del planeta, que corre el riesgo de sufrir abusos que van desde lo físico hasta lo emocional, pasando por lo económico.
Los expertos han analizado la situación de 141 países de todo el mundo y han concluido que, entre 2013 y 2017, el porcentaje de territorios en los que se ha legislado frente a la violencia machista ha aumentado del 71 al 76 por ciento.
Sin embargo, la protección legal sigue siendo mucho menor para determinados tipos de violencia, de tal forma que los delitos sexuales cometidos dentro del hogar, por parte de una pareja o de un familiar, aún siguen sin existir en más de una tercera parte de los países examinados, según un comunicado del organismo internacional.
La mitad de los países no dispone de regulaciones sobre los abusos económicos, lo que deja desprotegidas a más de 1.400 millones de mujeres. El Banco Mundial incluye dentro de este apartado los abusos para controlar el acceso de las mujeres a recursos no sólo de índole monetaria, sino también educativos y laborales, ya que equivalen a "una forma de intimidación y coacción".
Por otra parte, en dos de cada tres de los países analizados las mujeres que no están casadas pero conviven con sus parejas carecen de cualquier tipo de protección, mientras que en uno de cada cinco no hay leyes apropiadas para castigar el acoso sexual en el ámbito laboral.
RIESGO PARA LAS MUJERES Y TODA LA SOCIEDAD
El estudio concluye que la violencia ejercida sobre las mujeres acarrea daños para la salud mental y física de las víctimas que pueden derivar a su vez en mayor absentismo laboral y, por tanto, menores ingresos. Las niñas se pueden ver obligadas también a dejar de acudir a clase para evitar el riesgo de abusos.
La eliminación de toda forma de violencia contra mujeres y niñas es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados para el año 2030, entre otras razones por la importancia que conlleva para otras mejoras sociales como la reducción de la pobreza o el fomento de sociedades más igualitarias.
El economista Quentin Wodon, coautor del estudio, ha advertido de que "la violencia por razones de género es una epidemia global que pone en peligro la vida de las mujeres y las niñas y tiene amplias consecuencias negativas no sólo para ellas, sino también para sus hijos y sus comunidades". "Poner fin a esta lacra es clave para el desarrollo del capital humano de las mujeres y para explotar su contribución al crecimiento económico", ha añadido.
En este sentido, la especialista en temas legales de género y también coautora del estudio Paula Tavares ha incidido en que legislar sobre este tipo de violencia "es un primer paso para proteger a las mujeres", ya que, como expone el informe, "la protección sigue siendo débil en muchos países".