MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Más de 20.000 migrantes y refugiados que quieren llegar a las costas del sur de Europa permanecen atrapados en la localidad libia de Sabratha, bien a manos de las mafias que trafican con personas o en los centros de detención oficiales, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Durante más de una semana, los equipos de esta agencia han tratado de cubrir las necesidades "urgentes" de 14.500 personas que estaban "cautivas" en instalaciones controladas por las mafias en Sabratha o sus alrededores, ha explicado un portavoz de ACNUR, Andrej Mahecic.
Estos migrantes han sido evacuados a un hangar de la zona de Dahman desde el que han sido llevados posteriormente a centros oficiales. En estas instalaciones, "las agencias humanitarias les están ofreciendo una asistencia vital", ha subrayado Mahecic en declaraciones a los medios en Ginebra.
Además de estas 14.500 personas, las autoridades libias estiman que 6.000 migrantes y refugiados más siguen en manos de las mafias en esta parte del país, lo que elevaría la cifra total a 20.500.
El personal de ACNUR desplegado en la zona ha constatado la situación de "sufrimiento y abuso" que existe en Sabratha, que alcanza ya "niveles impactantes". Entre las víctimas figuran mujeres embarazadas y bebés recién nacidos, mientras que cientos de personas han sido localizadas sin ropa o zapatos.
Mahecic ha señalado que numerosos migrantes y refugiados precisan de asistencia médica "urgente", ya que algunos tienen heridas de bala y otros muestran "signos visibles de abuso". De hecho, la mayoría de ellos han relatado todo tipo de abusos que van desde la violencia sexual, el trabajo forzado o la explotación y están "visiblemente traumatizados".
Las mafias los mantienen hacinados en condiciones infrahumanas, sin acceso a baños o a la ventilación mínima. ACNUR ha confirmado además que cientos de los últimos rescatados llevaban días sin comer, lo que no hace sino agravar su situación límite.
La agencia de la ONU también ha podido identificar un número "preocupante" de menores no acompañados, muchos de ellos de menos de seis años de edad. Gran parte de estos niños perdieron a sus padres en el tortuoso viaje a Libia o en el "caos" en que han terminado envueltos ya en el país norteafricano, donde sigue sin existir una autoridad administrativa eficaz.
Para ACNUR, la "devastación" de Sabratha evidencia el "alto precio" que tienen que pagar los refugiados para tratar de buscar la seguridad a la que tienen derecho y a la que no pueden acceder por vías legales. Por este motivo, ha reiterado su llamamiento para que la comunidad internacional tome medidas en materia de reubicación y amplíe el número de plazas de asilo.