CAMPO DE HAMMAN AL ALIL (IRAK), 10 (Reuters/EP)
Más de 22.000 personas han huido de Mosul desde que la semana pasada las tropas iraquíes pusieron en marcha su ofensiva final para recuperar los últimos reductos de Mosul que continúan bajo control del Estado Islámico, una campaña que está dejando sin alimentos a la población urbana y está provocando centenares de muertes de civiles.
Naciones Unidas ha informado hoy del número de personas que han huido de la ciudad desde que el pasado 4 de mayo, fecha en la que las fuerzas iraquíes, con el apoyo aéreo de Estados Unidos, pusieron en marcha una ofensiva para tomar el noroeste de Mosul.
Tan sólo en los dos últimos días, más de 11.000 personas han llegado al campo para desplazados de Hamman Al Alil, al sur de Mosul. Los milicianos del Estado Islámico han estado disparando a aquellos que tratan de escapar, aunque también ha dejado marchar a algunos civiles a cambio de llevarse a familiares de milicianos y salvarles, según ha explicado Umm Abdul Rahman, un hombre de 40 años que logró huir de la ciudad este martes.
Los recién llegados a Hamman Al Alil se suman a las más de 600.000 personas que viven a día de hoy en campos de desplazados a causa de la ofensiva de las fuerzas iraquíes, que comenzó hace siete meses. Alrededor de 400.000 de ellos han huido desde el oeste de la ciudad, una zona dividida por el río Tigris.
Los milicianos del Estado Islámico se encuentran bajo asedio en la esquina noroeste de la ciudad, donde se encuentra el casco histórico y la mezquita medieval de Al Nuri, desde donde el líder del grupo yihadista, Abu Bakr Al Bagdhadi, proclamó su califato yihadista en 2014.
En el noroeste de la ciudad las casas se encuentran abarrotadas. En algunas de ellas viven hasta diez familias, forzadas a dejar sus hogares en otros barrios de Mosul por el avance de las fuerzas iraquíes, según ha contado Abdul Rahman, un habitante. "No hay agua, no hay comida. Los bombardeos son continuos", ha lamentado. Los milicianos incluso han comenzado a quemar cientos de vehículos de civiles para crear cortinas de humo.
La gente está sobreviviendo a base de trigo cocido con agua, según ha explicado Qatra Al Nada Abdulá, otra desplazada por la violencia. Abdulá asegura que los milicianos están quedándose con los pocos alimentos disponibles en el casco histórico de la ciudad. "Incluso el trigo escasea", ha asegurado.
Los yihadistas están expulsando a familias de sus casas para utilizarlas como posiciones de combate, según ha contado Um Mohmamed, una mujer de 62 años. Ella y su familia tuvieron que quemar casi todas sus posesiones, incluso sus zapatos, para cocinar después de quedarse sin combustible. "Vimos miedo, hambre y muerte. Soy una mujer mayor y nunca antes había visto algo como esto", ha garantizado.
Los yihadistas tomaron el control de Mosul en una ofensiva relámpago a través del norte y el oeste de Irak en 2014. Desde entonces, han perdido la inmensa mayoría de su territorio, gracias la ofensiva a gran escala que lanzó el Gobierno de Irak con ayuda de potencias internacionales. La campaña para recuperar Mosul, la segunda ciudad más grande del país, comenzó el pasado 17 de octubre.