SAN SALVADOR 23 May. (EUROPA PRESS) -
Más de 300.000 personas han participado este sábado en el acto de beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero celebrado en la plaza Salvador del Mundo de San Salvador con 1.400 sacerdotes y personalidades políticas tanto del país centroamericano como de otros países.
Romero se ha convertido en el mártir más emblemático de la guerra civil salvadoreña de la década de 1980, ya que fue asesinado por un escuadrón de la muerte de ultraderecha. Tras esta ceremonia es ya el primer beato centroamericano.
"Habiendo hecho con el caso a la congregación de los santos en instrucciones de nuestra autoridad apostólica facultamos para que el venerable siervo de Dios, Monseñor Óscar Arnulfo Romero, obispo y mártir (...) en adelante se le llame beato", señala la carta del Papa Francisco leída durante el acto.
La misa la ha dirigido el cardenal Angelo Amato, quien dio paso nada más comenzar al postulador de la causa, Vincenzo Paglia. "Romero sintió el amor del pueblo. Fue para su país e iglesia entera un pastor que defendió a los pobres", ha recordado en un discurso con una breve biografía del ahora beato, según recoge el diario salvadoreño 'La Prensa Gráfica'.
Después Amato ha leído una carta enviada por el Papa Francisco ex profeso para esta ceremonia y escrita en latín en la que facultaba la beatificación de Romero. Tras ello, se ha desvelado la nueva imagen que representa al beato y se han mostrado algunas de sus reliquias, incluida su camisa ensangrentada que llevaba en el momento de su martirio.
"Su opción por los pobres no era ideológica, sino evangélica (...). Romero es otra estrella luminosísima que se enciende en el firmamento latinoamericano", ha destacado Amato.
En la misa han participado el presidente salvadoreño, Salador Sánchez Cerén y su esposa, Margarita de Cerén y ministros de Gobierno y alcaldes. También han estado presentes mandatarios de otros países como el presidente de Ecuador, Rafael Correa; de Panamá, Juan Carlos Varela; de Honduras, Juan Orlando Hernández; el primer vicepresidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza; el vicepresidente de Costa Rica, Helio Fallas; el vicepresidente de Guatemala, Alejandro Maldonado, y el viceprimer ministro de Belice, Gaspar Vega.
CARTA DEL PAPA
En la misiva, el Papa Francisco ha destacado que Romero supo ver y oír el sufrimiento el sufrimiento de su pueblo y lo ha comparado con el Cristo Buen Pastor. "Damos gracias a Dios porque concedió al Obispo mártir la capacidad de ver y oír el sufrimiento de su pueblo, y fue moldeando su corazón para que, en su nombre, lo orientara e iluminara, hasta hacer de su obrar un ejercicio pleno de caridad cristiana", ha señalado Francisco en una carta remitida al arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.
El Papa ha resaltado además que Romero fue un obispo "celoso" que "se convirtió en imagen de Cristo Buen Pastor". "En tiempos de difícil convivencia, Monseñor Romero supo guiar, defender y proteger a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia", ha subrayado Bergoglio.
"Su ministerio se distinguió por una particular atención a los más pobres y marginados. Y en el momento de su muerte, mientras celebraba el Santo Sacrificio del amor y de la reconciliación, recibió la gracia de identificarse plenamente con Aquel que dio la vida por sus ovejas", ha destacado.
Bergoglio ha apelado a recordar los valores de Romero también hoy y aprovecharlos para impulsar una "verdadera y propia reconciliación nacional" en El Salvador. "El Papa participa de sus esperanzas, se une a sus oraciones para que florezca la semilla del martirio", ha afirmado.
PROCESO DE BEATIFICACIÓN
El proceso para la canonización de Monseñor Romero comenzó el 24 de marzo de 1990, cuando se introdujo la causa por todas las circunstancias mártires que tuvo su vida y muerte, pero la solicitud formal fue presentada el 12 de mayo de 1994.
Tras concluir su fase diocesana en noviembre de 1996, un año después la Santa Sede aceptó la causa como válida, pero después quedó estancada y no fue hasta 2005 cuando la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que se continuase el proceso.
En 2013 el proceso se aceleró gracias al Papa Francisco, quien este año aprobó el decreto que reconoce el "martirio" de monseñor Romero 'in odium fidei', es decir, que fue asesinado por "odio a la fe". El martirio de Romero es decisivo para su beatificación, ya que así no es necesario acreditar un milagro. Ahora se podrá continuar el proceso hacia la canonización.
Monseñor Romero, referente para muchos por sus discursos contra la pobreza y a favor de la justicia social, se convirtió en un icono de la Iglesia Católica tras ser asesinado por un francotirador mientras oficiaba misa en una capilla de un hospital para pacientes con cáncer la tarde del 24 de marzo de 1980.
Una comisión de la verdad de Naciones Unidas determinó que el crimen fue ordenado por Roberto D'Aubuisson, fundador de los escuadrones de la muerte y del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), pero los responsables de su muerte nunca fueron llevados a juicio.