MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
Más de 3,5 millones de refugiados de entre cinco y 17 años no pudieron asistir a clase durante el año académico anterior, según un informe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) que incide en la necesidad de paliar una "brecha de oportunidades" creciente que aún podría aumentar más en el curso recién iniciado.
El informe, que lleva por título 'Olvidados: la educación de los refugiados en crisis', concluye que, a nivel mundial, el 91 por ciento de los niños asisten a la escuela primaria. En el caso de los refugiados, sin embargo, la cifra desciende hasta el 61 por ciento, mientras que en los países de renta baja --con aún más dificultades para movilizar los recursos necesarios-- cae por debajo del 50 por ciento.
Conforme los niños refugiados se hacen mayores, también crecen los obstáculos, ya que menos de uno de cada cuatro están matriculados en la educación secundaria, una proporción que ni se acerca al 84 por ciento de adolescentes que van a clase a nivel global. En los países con rentas más bajas, sólo un 9 por ciento de los refugiados llega a esta etapa educativa.
La tendencia se repite en el caso de la educación superior, ya que las estadísticas cifran en el 36 por ciento el nivel de matriculación a nivel global pero, en el caso de los refugiados, el dato permanece estancado en el 1 por ciento a pesar de las recientes inversiones en becas y otros programas relacionados.
El máximo responsable de ACNUR, Filippo Grandi, ha recordado que, de los 1,7 millones de refugiados protegidos por la agencia, la mitad son niños. La educación de estos menores, ha advertido, "es crucial para el desarrollo pacífico y sostenible de los países que los han acogido, así como para el de sus propios países de origen, cuando puedan regresar".
Sin embargo, "en comparación con otros niños y adolescentes de todo el mundo, la brecha de oportunidades para los refugiados no deja de aumentar", lo que para Grandi representa no sólo un lastre para el desarrollo personal de los propios damnificados, sino para el cumplimiento general de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El cuarto de estos objetivos, cuya meta está prevista para 2030, busca "garantizar una educación inclusiva y de calidad para todos y promover el aprendizaje continuo", por lo que ACNUR ha instado también a que este enfoque sea tenido en cuenta también en la respuesta a las emergencias por desplazamientos, tanto a corto como a largo plazo.
"Garantizar que los refugiados tengan acceso equitativo a una educación de calidad es una responsabilidad compartida. Es hora de que todos pasemos de las palabras a la acción", ha reclamado Grandi, que ve posible revertir la situación como ha quedado de manifiesto con el aumento en el número de matriculaciones entre los niños refugiados sirios.