MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los combates en el noroeste de Siria, en particular en la región de Idlib, han obligado a más de medio centenar de centros médicos a interrumpir en enero sus actividades, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima en 2,9 millones las personas necesitadas de atención sanitaria en la zona.
En concreto, al menos 53 clínicas han suspendido sus trabajos desde el 1 de enero por la inseguridad, el riesgo a posibles ataques "o por el simple hecho de que zonas enteras están ahora desiertas". Casi 520.000 personas han abandonado sus hogares en los últimos dos meses para escapar de la escalada de violencia.
En lo que va de año, Naciones Unidas ha confirmado al menos dos ataques contra instalaciones médicas en Siria. Estos incidentes se han saldado con al menos una decena de víctimas mortales y una treintena de heridos, según un comunicado de la OMS.
El director de emergencias regional de la organización, Rick Brennan, ha advertido de que la situación en el noroeste de Siria, "caracterizada por falta de acceso a medicamentos, higiene insuficiente, caos y desplazamiento masivo", representa un "significativo riesgo" para el desarrollo de enfermedades prevenibles como el sarampión o la diarrea.
La OMS ha reforzado su despliegue para dar respuesta a esta situación, por ejemplo con medicinas básicas para dos meses ya desplegadas en la frontera entre Siria y Turquía, pero Brennan teme que "la demanda sea mayor que el suministro" si persisten las actuales tensiones. También busca fórmulas para atender a la población desplazada.
"Lo más preocupante de esta escalada es que los grandes medios y los gobiernos ignoran las enormes necesidades humanitarias", a pesar de que el noroeste de Siria es ya "una de las crisis humanitarias más graves de todo el mundo", ha añadido el responsable de la OMS, que ha llamado a "un renovado compromiso internacional" para revertir la tendencia.