BERLÍN 28 Dic. (Reuters/EP) -
Alrededor de 55.000 inmigrantes cuya solicitud de asilo había sido rechazada han dejado Alemania de forma voluntaria entre enero y noviembre de 2016, en comparación con las casi 20.000 personas que se fueron del país voluntariamente en 2015, según ha publicado este miércoles el diario alemán 'Süddeustche Zeitung'.
Después de admitir a más de un millón de refugiados en 2015, en su mayoría procedentes de Oriente Próximo y África, las autoridades alemanas han endurecido su postura ante la inmigración, motivadas por la creciente preocupación de la sociedad alemana ante la situación de seguridad en el país.
La semana pasada, un inmigrante tunecino cuya solicitud de asilo en Alemania fue denegada mató a 12 personas con un camión en un mercado navideño en pleno centro de Berlín, dejando tras de sí decenas de heridos. El joven había jurado lealtad al Estado Islámico pocos días antes de perpetrar el ataque y la organización yihadista reivindicó el atentado dos días después de que tuviese lugar.
El ataque ha alimentado las críticas contra la canciller alemana, Angela Merkel, a la que sus opositores, en especial el partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD), califican de ser "demasiado blanda" con la inmigración ilegal.
De acuerdo con el 'Süddeustsche Zeitung', el Gobierno alemán ha publicado por primera vez esta semana datos sobre la cantidad de extranjeros que han dejado el país durante los primeros 11 meses de 2016. La mayor parte de estos inmigrantes, cuya solicitud de asilo ha sido rechazada, han regresado a sus países de origen como Albania, Serbia, Irak o Afganistán. Las autoridades alemanas conceden ayudas por un valor de 3.000 euros a aquellos inmigrantes en situación ilegal que decidan dejar el país de forma voluntaria.
Por otro lado, también ha habido un aumento en el número de inmigrantes que han sido rechazados en la frontera alemana. Según un informe realizado por el periódico 'Neue Osnabruecker Zeitung', la Policía alemana ha denegado la entrada a más de 19.000 personas en los primeros 11 meses de 2016, en comparación con los 8.000 inmigrantes que tuvo que rechazar en 2015. La mayor parte de ellos procedían de Afganistán, Siria, Irak y Nigeria, y han sido reasentados en otros países europeos.
A pesar de que sus políticas migratorias cada vez tienen menos apoyo por parte de la población alemana, Merkel ha dicho que es de vital importancia concentrar los esfuerzos en aquellas personas que estén huyendo de la guerra, en un intento de mejorar sus perspectivas ante las elecciones generales que tendrán lugar en septiembre del próximo año.