MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los más de 5.000 residentes que quedan en la localidad congoleña de Kitshanga, en la provincia de Kivu Norte, en el noreste del país, se han atrincherado en sus domicilios y pedido ayuda urgente al Gobierno para expulsar a los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23) que se hicieron el viernes con el control de la ciudad.
Residentes han confirmado a la emisora Radio Okapi que Kitshanga es ahora mismo una "ciudad fantasma" donde escuelas, mercados, comercios, comercios permanecen cerrados al igual que las radios comunitarias locales.
Las mismas fuentes han confirmado que el 90 por ciento de la población de la ciudad, de unos 56.000 habitantes en total, escaparon de la localidad en las horas previas en dirección a Mwesso y otro centenar logró conseguir refugio en una base cercana de la misión de Naciones Unidas en el país africano. La MONUSCO elevó el viernes el número de refugiados en sus instalaciones a 450.
Los rebeldes se han camuflado entre la población mientras la actividad de los seis centros médicos ha quedado suspendida y todo su personal "se ha dado a la fuga", según estas fuentes. Los guerrilleros, ahora vestidos de civil, están buscando a los funcionarios de la ciudad para obligarles a que reanuden sus actividades.
Las autoridades congoleñas, que han denunciado que el M23 no procedió a completar su repliegue en las fechas fijadas en la minicumbre de Luanda --en la que participaron los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente-- y lanzó operaciones en la zona, no se han pronunciado por el momento sobre la situación en Kitshanga.
Por su parte, la MONUSCO condenó el jueves "la ofensiva militar del M23 en el territorio de Masisi" y cifró en 450 personas, "entre ellas mujeres y niños", los desplazados que e han refugiado en su base en Kitshanga.
"Nuestros 'cascos azules', que los protegen físicamente, han dado además asistencia inmediata en forma de tiendas, alimento, agua y primeros auxilios", señaló en su cuenta en la red social Twitter, donde pidió a los rebeldes "cesar todas las hostilidades y retirarse de las zonas ocupadas, en línea con la 'hoja de ruta' establecida en el comunicado final de la minicumbre de Luanda".
El grupo rebelde acusó el jueves a RDC de "crear" el caos a través de la "externalización del conflicto" y ha reiterado sus denuncias sobre el uso de "mercenarios" por parte de Kinshasa, al tiempo que acusó a la MONUSCO de ser el "pilar" de las fuerzas gubernamentales y sus milicias aliadas.