El Gobierno de Canberra se niega a aceptarlos en su territorio
SÍDNEY, 4 May. (Reuters/EP) -
Los abogados de más de 700 solicitantes de asilo que permanecían detenidos en Papúa Nueva Guinea han presentado un requerimiento ante la justicia australiana para paralizar la orden de traslado al centro de detención de la isla de Nauru.
Según la política migratoria australiana, los solicitantes de asilo interceptados cuando intentan alcanzar el país en barco tras pagar a traficantes de personas son enviados para su registro a un centro de detención en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, o a la isla de Nauru.
Papúa Nueva Guinea ordenó el cierre del campo de Manus después de que el Tribunal Supremo dictaminara que las instalaciones eran ilegales, dejando en el aire el destino de los 850 inmigrantes que permanecían allí retenidos.
Las autoridades de Australia y de Papúa Nueva Guinea se han acusado mutuamente de ser los responsables de buscar un nuevo emplazamiento para los cientos de personas que permanecían en el centro de la isla de Manus.
El requerimiento ha sido presentado por los abogados de los inmigrantes ante el Tribunal Superior de Australia y pide que los inmigrantes sean enviados a Australia y no a la isla de Nauru, según ha contado a Reuters Matthew Byrnes, uno de los abogados que representan a la mayoría de los retenidos. "Confiamos en tener éxito con este recurso", ha dicho.
El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, sostiene que los solicitantes de asilo no deben ser reubicados en territorio australiano.
El centro de detención de Nauru alberga a unas 500 personas y ha sido criticado por Naciones Unidas y por organizaciones de defensa de los Derechos Humanos por sus malas condiciones y por los continuos abusos que sufren los menores de edad. Muchas de las personas que están recluidas allí se han autolesionado para ser trasladadas a Australia.
Este lunes, una mujer somalí se prendió fuego en el campo, el segundo suceso así registrado en una semana. "Con dos refugiados prendiéndose fuego tras ser enviados a campos de detención en el extranjero, ¿aceptará el Ministerio de Inmigración las consecuencias de poner a personas desesperadas en una situación peor incluso que el trauma del que huyen?", ha asegurado Adam Bandt, un parlamentario ecologista australiano.
Los detenidos en los campos de Manus y de Nauru son en su mayoría refugiados que huyen de la violencia en Oriente Próximo, África y el sureste asiático.