NAIROBI, 19 Abr. (Reuters/EP) -
Naciones Unidas ha comunicado este miércoles que 82 trabajadores humanitarios han perdido la vida en Sudán del Sur desde que comenzó la guerra civil, un conflicto que ha provocado que más de 3,5 millones de sursudaneses se hayan visto forzados a huir de sus hogares y dejar atrás sus medios de vida.
Dos años después de su independencia de Sudán, el país más pequeño del mundo se vio arrastrado a un conflicto civil en diciembre de 2013, cuando las crecientes tensiones entre el presidente sursudanés, Salva Kiir, y su por aquel entonces vicepresidente, Riek Machar, acabaron desencadenando enormes episodios de violencia.
En agosto de 2015, ambas partes firmaron un acuerdo de paz que nunca llegó a implementarse del todo. Las continuas sospechas entre ambos líderes acabaron provocando una nueva oleada de enfrentamientos en julio de 2016. Desde entonces, la violencia se ha extendido por todo el país.
Eugene Owusu, coordinador residente de Naciones Unidas para Sudán del Sur, ha comunicado que desde diciembre de 2013, 82 trabajadores humanitarios han muerto a causa de la violencia. Además, se estima que 1,9 millones de personas son desplazados internos en el país, mientras que otros 1,6 millones han huido a países vecinos.
Gran parte de la violencia ha sido motivada por las disputas étnicas que hay entre las tropas gubernamentales, por lo general miembros de la etnia dinka, y las fuerzas rebeldes leales a Machar, que forman parte de la etnia nuer.
En las últimas semanas, los combates han arrasado gran parte de la región de Ecuatoria, donde los pocos supervivientes que han podido huir narran con crudeza la brutalidad de las tropas del Gobierno, a las que acusan de cometer atrocidades contra los civiles.
Owusu ha explicado que los trabajadores humanitarios que quedan en el país "están siendo acosados y las instalaciones humanitarias son constantemente saqueadas y destruidas".
Reino Unido ha afirmado que el nivel de violencia y muertos que está dejando tras de sí el conflicto en Sudán del Sur tiene todas las papeletas para convertirse en un genocidio. Naciones Unidas aún no se ha pronunciado a este respecto.