MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Más de mil personas han muerto en la ruta migratoria entre Libia e Italia desde que comenzó el año, según un nuevo balance de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que alerta de una subida tanto en los fallecimientos como en el número de llegadas a las costas italianas.
El último balance de la OIM, divulgado este martes, estima en 1.002 el número de personas fallecidas en el Mediterráneo Central, a lo que habría que sumar otras 50 muertes en la ruta hacia España y otras 37 de camino hacia Grecia y Chipre. En total, han perdido la vida 1.089 migrantes desde el pasado 1 de enero.
Más de 43.000 migrantes han alcanzado en 2017 las costas del sur de Europa, de los cuales casi 37.000 arribaron a Italia. Muchos de ellos lo hicieron gracias a la ayuda de las misiones oficiales y de las ONG que patrullan el Mediterráneo, a las que la OIM ha querido defender expresamente.
"La presencia de los barcos en el Mediterráneo no constituye un aliciente que incite a la migración", ha esgrimido el responsable de la misión de la OIM en esta zona, Federico Soda. En este sentido, ha recordado que estas intervenciones han sido "esenciales para salvar miles de vidas".
El responsable de la OIM para la UE, Eugenio Ambrosi, ha recordado que "salvar vidas es la consideración y responsabilidad principales de todos los actores implicados". Tanto él como Soda han recordado que el debate no es éste, sino resolver las situaciones que obligan a miles de personas a embarcarse en esta peligrosa ruta.
"Que las muertes en el mar alcancen niveles récord este año indica que algo está muy mal", ha lamentado Ambrosi, que ha descartado que se haya "probado" la supuesta "colusión" entre las ONG y las mafias que trafican con inmigrantes. El responsable de la OIM sí ha admitido, no obstante, que "el hecho de que los barcos de rescate de las ONG operen tan cerca de las aguas libias puede ser utilizado por los traficantes".