ARLINGTON (TEXAS), 16 (Reuters/EP)
Más de mil personas han asistido este sábado al funeral de Christian Taylor, el joven de 19 años que murió por el disparo de un policía en Texas en un suceso que ha vuelto a generar críticas por el trato de las fuerzas de seguridad a las minorías del país.
Varios amigos y compañeros del equipo de fútbol de la universidad en la que estudiaba han acudido a la iglesia de Arlington y han rendido homenaje a un joven al que han descrito como una persona llena de energía que tenía mucho que ofrecer.
El agente de Policía Brad Miller, de 49 años, ha sido despedido esta semana por el "juicio inadecuado" en el tiroteo que costó la vida a Taylor, cuando trataba de huir durante un presunto robo en un concesionario de coches en los suburbios de la ciudad de Dallas.
Por su parte, el abogado de Miller ha asegurado que el policía estaba en su derecho de disparar su arma y que sus acciones salvaron varias vidas.
El pastor de la Iglesia Koinonia donde se ha celebrado el funeral, Ronnie Goines, ha lamentado la muerte de Taylor y ha asegurado que el joven era un devoto. Además, ha criticado que el policía sacó demasiado rápido su pistola para disparar al joven.
Adrian Taylor, hermano del fallecido, ha roto a llorar durante la ceremonia y ha afirmado que Christian era "un competidor y un luchador que no quería quedarse atrás". Además ha asegurado que su hermano quería cambiar el mundo "y ser el próximo Martin Luther King".
La muerte de Taylor tuvo lugar dos días antes del primer aniversario de la muerte de Michael Brown en Ferguson, también muerto por un disparo de un policía blanco. Su fallecimiento generó una ola de protestas e hizo resurgir el debate sobre las diferencias raciales en el país.