NAIROBI, 16 Dic. (Reuters/EP) -
Cerca de un 54 por ciento de las mujeres kenianas han sufrido acoso sexual en el transporte público, sin embargo solo 13 de cada 100 afectadas denuncian estos abusos, que comprenden desde comentarios peyorativos hasta violaciones, según una encuesta realizada por la organización Women's Empowerment Link (WEL).
"Los encuestados han sido testigos de cómo se desnudaba a muchas mujeres (...), sin embargo las víctimas no reciben ninguna ayuda ni denuncian la violación", ha señalado WEL. "La mayoría de los pasajeros, tantos varones como mujeres, sostienen una cultura del silencio y no intervienen", ha añadido.
Más de seis de cada diez encuestados conocen a alguien que ha sufrido abusos, sin embargo solo un trece por ciento de las víctimas han denunciado los ataques, según recoge el estudio. A pesar de que Kenia dispone de una fuerte legislación de protección a la mujer, las acusaciones son escasas.
El insulto es el tipo de abuso más común que sufren las mujeres cuando viajan en el transporte público. Aunque en Kenia también es frecuente ver cómo las mujeres son forzadas a montarse en vehículos sin su consentimiento o sometidas a otros tipos de violencia física, como tocamientos.
"Si rechazas subirte a uno de los matatus (microbuses), pueden insultarte o criticar tu aspecto o apariencia física", ha señalado la directora de WEL, Grace Mbugua, quien ha descrito cómo una mujer que caminaba por la calle fue "agarrada" e "introducida" en uno de estos vehículos.
A menudo, las personas que captan a las mujeres realizan tocamientos mientras simulan ayudarlas a subir al vehículo, según ha señalado el estudio.
LAS JÓVENES, ESPECIALMENTE VULNERABLES
"Los operadores (de mototaxi) a menudo dejan a las jóvenes lejos de su destino o en áreas apartadas para obtener favores sexuales", ha recogido el informe. En este sentido, Mbugua ha citado el caso de un conductor de mototaxi, seropositivo, que fue detenido después de que varios encuestados denunciaran que había dejado a muchas escolares embarazadas.
Los vídeos de hombres desnudando y asaltando a mujeres en autobuses por llevar ropa "impúdica" se convirtieron en virales en 2014, lo que desencadenó una gran manifestación en la capital, Nairobi.
LA EMBRIAGUEZ AUMENTA EL PROBLEMA
La embriaguez habitual contribuye a aumentar el problema, ha lamentado la senadora Beatrice Elachi, antigua propietaria de un matatu y defensora de los derechos de las mujeres. "Necesitamos lidiar con el alcohol. En las primeras horas de la mañana, la gente joven ya está bebida. Y, precisamente, son estos los que introducen a la gente en los matatus. Puedes encontrar hasta conductores borrachos", ha añadido.
"Debería haber un mayor número de mujeres trabajando en el sector", ha considerado Mbugua, pues ello supondría un "cambio" en el trato a la mujer.