Save the Children dice que "no hay que contentarse con ayudar a los niños a sobrevivir dependiendo de la ayuda humanitaria"
MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de 12,1 millones de sirios, lo que supone más de la mitad de la población, se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, mientras que 2,9 millones de personas están en riesgo de sufrir hambruna, según ha indicado este martes el Programa Mundial de Alimentos (PMA), tras casi doce años de conflicto y ante las consecuencias de los devastadores terremotos registrados el 6 de febrero en el sur de Turquía, cerca de la frontera común.
"Los bombardeos, el desplazamiento, el aislamiento, la sequía, el colapso económico y ahora terremotos de proporciones abrumadoras. Los sirios son extraordinariamente resilientes, pero hay un límite a lo que la gente puede soportar", ha dicho el director del PMA en Siria, Kenn Crossley. "¿En qué momento el mundo dice que es suficiente?", se ha preguntado.
El organismo ha detallado que los ingresos medios mensuales en el país árabe cubren únicamente una cuarta parte de las necesidades alimentarias de una familia, por lo que ha destacado la necesidad urgente de incrementar la ayuda humanitaria para hacer frente a la crisis, especialmente después de que los terremotos tuvieran lugar en medio de un drástico aumento de los precios de los alimentos en el país.
De hecho, los precios de los productos básicos que utiliza el PMA para analizar la inflación de los alimentos se han duplicado en doce meses, mientras que se han multiplicado por trece en los últimos trece años, una trayectoria ascendente que se espera que continúa. Así, los precios de los alimentos y el combustible están en su pico más alto en una década tras años de inflación y devaluación de la moneda siria.
El PMA ha alertado de que las tasas de atrofia infantil han alcanzado el 28 por ciento en algunas zonas del país, mientras que la desnutrición materna es del 25 por ciento en el noreste de Siria, un país que anteriormente era autosuficiente en la producción de alimentos y que ahora es uno de los seis con una mayor tasa de inseguridad alimentaria en el mundo, con una gran dependencia de las importaciones de alimentos.
Los daños en infraestructura, los altos precios de los combustible y las condiciones similares a la sequía han reducido un 75 por ciento la producción de trigo en el país, en el que el PMA da ayuda a 5,5 millones de personas. Desde los terremotos, el organismo ha dado ayuda a 1,7 millones de damnificados, incluidas personas que ya recibían asistencia alimentaria.
El organismo ha aseverado que necesita 450 millones de dólares (unos 420 millones de euros) para mantener su ayuda a estas personas durante 2023, una cifra que incluye 150 millones de dólares (cerca de 140 millones de euros) para apoyar a 800.000 afectados por los terremotos durante los próximos seis meses, al tiempo que ha alertado de que podría tener que reducir drásticamente el número de beneficiarios a partir de julio si no recibe financiación.
"El mundo nos ha olvidado. Eso es lo que escuchamos de muchos sirios y es un duro recordatorio de que tenemos que hacer más", ha sostenido la directora del PMA para Oriente Próximo, Norte de África y Europa del Este, Corinne Fleischer. "Necesitamos los fondos para seguir dando comida a millones de familias hasta que los sirios puedan alimentarse por sí mismos de nuevo", ha zanjado.
SITUACIÓN DE LOS REFUGIADOS PALESTINOS
Por su parte, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) ha detallado que las consecuencias de la crisis económica y los efectos de los recientes terremotos en Turquía y Siria han provocado que la crisis humanitaria se encuentre en el peor momento desde el comienzo del conflicto en Siria.
La UNRWA ha especificado que los aproximadamente 438.000 refugiados palestinos que continúan en Siria, que ya se encontraban entre los grupos más vulnerables del país, se ven continuamente empujados a una mayor vulnerabilidad y pobreza y dependen en gran medida de la asistencia humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas.
Así, el 57 por ciento de los refugiados palestinos a tiene un consumo de alimentos deficiente y el 40 por ciento siguen desplazados. Los campamentos de Yarmuk, Deraa y Ein el Tal, que antes albergaban a más del 30 por ciento de la población de refugiados palestinos, han sido destruidos casi por completo, a pesar de lo cual más de mil familiares regresaron a los mismos a finales de 2022.
Pese a ello, sigue siendo mayor el número de refugiados palestinos que sale de Siria que la cifra de personas que regresan debido al deterioro de la situación y la inseguridad, una situación que empeoró a raíz de los terremotos. El norte de Siria alberga a unos 62.000 refugiados palestinos que viven en cuatro campamentos y sus alrededores, con un 90 por ciento de las familias en necesidad de ayuda.
SAVE THE CHILDREN DICE QUE "YA ES SUFICIENTE"
Durante la jornada de este martes, Kathryn Achilles, directora de Incidencia Política y Comunicación de Save the Children en Siria, ha resaltado que "para millones de sirios, esta semana marca el comienzo del decimotercer año viviendo bajo la sombra del conflicto y el desplazamiento, un destino que nunca eligieron para sí mismos".
Save the Children ha indicado que los terremotos han agravado la grave crisis humanitaria y han llevado al país al borde del abismo. "He perdido la cuenta de cuántas veces me he visto desplazado. Hemos pasado por muchas cosas. Nos asediaron dos veces y casi morimos. Al final, nos desplazaron al norte. Huimos y fuimos desplazados múltiples veces a muchos lugares, al punto cero cada vez", relata Diaa, de 51 años, que perdió su casa en Alepo a causa de los seísmos y que ya se había visto desplazado junto a su familia en varias ocasiones a causa de la guerra.
"Encontramos una casa para vivir. En realidad, no era habitable. No tenía puertas, ni ventanas, absolutamente nada. Ni siquiera las paredes estaban aisladas. Sufrimos mucho. Cuando llovía, entraba agua en la casa", ha dicho. "Vivimos en un trauma enorme y nunca imaginamos tener esta vida. Incluso estas tiendas son de plástico fino. Cuando el viento fue más fuerte durante un par de noches, tuvimos que seguir fijando la tienda al suelo por todos lados con piedras. El terremoto vino a sumarse a todo esto", ha relatado.
En esta línea, Fadel, de diez años y que ha vivido en refugios la mayor parte de su vida, ha detallado que su familia "llegó a las tiendas de campaña hace ocho años". "Tengo un hermano de tres años con discapacidad. Recuerdo al menos tres veces que no hemos tenido comida y me fue a dormir con hambre. Recojo leña a diario, excepto los viernes. El camino es difícil porque está resbaladizo y tiene agujeros", ha apuntado.
Save the Children ha señalado que barrios enteros del norte de Siria han quedado inhabitables por los terremotos, mientras que los campos de refugiados están más masificados que nunca. La zona más afectada por los terremotos, que han afectado al menos a 8,8 millones de personas en Siria, alberga a algunas de las personas más vulnerables del país, que ya se habían visto obligadas a huir de sus hogares en múltiples ocasiones debido al conflicto y la crisis económica.
"Ahora los terremotos han hecho que los niños y niñas tengan miedo del propio suelo que pisan y de los frágiles muros que solían llamar hogar. ¿Cuánto más se puede esperar que soporten los niños y niñas sirios?", se ha preguntado Achilles. "Han demostrado una notable capacidad de resistencia en los últimos 12 años, pero ya es suficiente. No podemos contentarnos con ayudar a los niños y niñas a sobrevivir, viviendo en tiendas de campaña, dependiendo de la ayuda humanitaria", ha apostillado.