Los grupos rebeldes a los que se pretendía alejar del antiguo Frente al Nusra colaboran con él por su supervivencia
AMMAN/BEIRUT, 30 Sep. (Reuters/EP) -
La ofensiva del régimen sirio apoyada por Rusia en Alepo está empujando a los rebeldes nacionalistas a trabajar más estrechamente con los yihadistas, complicando aún más la política de Occidente de apoyar a la oposición moderada al presidente Bashar al Assad.
Mientras el ataque del régimen contra la ciudad se intensifica, algunos rebeldes moderados afirman que el fracaso de Occidente en Siria les ha dejado sin otra opción que coordinarse de forma más estrecha con los grupos yihadistas, lo contrario a lo que la política estadounidense ha buscado lograr.
En Alepo, los rebeldes que luchan bajo la bandera del Ejército Libre Sirio (ELS) están compartiendo la planificación operativa con Jaish al Fatá, una alianza de grupos islamistas que incluye al Frente Fatá al Sham, la antigua filial de Al Qaeda en Siria y anteriormente llamada Frente al Nusra.
Entretanto, en la cercana provincia de Hama, grupos del ELS armados con misiles antitanque de fabricación estadounidense están participando en una gran ofensiva con el grupo Jund al Aqsa, inspirado en Al Qaeda, que ha desviado parte del potencial del Ejército sirio de Alepo.
Esta no era la opción preferida de los rebeldes del ELS. Estos mantienen profundas diferencias ideológicas con los yihadistas y han llegado incluso a enfrentarse con ellos en ocasiones. Un alto líder rebelde ha dicho que cualquier tipo de fusión política con los yihadistas está fuera de cuestión.
SUPERVIVENCIA
Pero la supervivencia es la principal consideración mientras Occidente trata de encontrar la manera de disuadir a Damasco y sus aliados rusos e iraníes de que sigan adelante con una campaña que amenaza con acabar con uno de los bastiones urbanos más importantes de la revuelta: el este de Alepo.
"En un momento en el que nos estamos muriendo, no es lógico comprobar primero si un grupo está clasificado como terrorista o no antes de cooperar con él", ha subrayado un alto cargo de una de las facciones rebeldes en Alepo. "La única opción que tienes es ir en esta dirección", ha añadido.
Las potencias occidentales y los enemigos regionales de Al Assad, incluidas Turquía y Arabia Saudí, han sustentado buena parte de su política en Siria en torno a apoyar a los rebeldes del ELS, y les han suministrado armas a través de centros de coordinación gestionados por los enemigos extranjeros de Al Assad.
Sin embargo, Estados Unidos se ha mantenido cauto respecto al grado de apoyo dado a estos grupos, oponiéndose al reparto de misiles antiaéreos por temor a que puedan terminar en manos de los grupos yihadistas.
Los rebeldes afirman que sus apoyos extranjeros les han dejado desesperadamente faltos de armamento con el que contrarrestar a los aviones rusos y las milicias apoyadas por Irán que han decantado el conflicto del lado de Al Assad en el último año.
Pese a sus profundos recelos, los grupos rebeldes del ELS apoyaron los esfuerzos de Estados Unidos de promover una solución diplomática con la cooperación de Rusia este año, pero los rebeldes afirman que el enfoque de Washington no ha tenido otro resultado que reveses.
COOPERACIÓN EN ALEPO
Un grupo de Alepo, Nour Eddin al Zinki, se sumó la semana pasada a la sala de operaciones para coordinar la acción militar con la alianza islamista Jaish al Fatá. También se están dando pasos para que otros grupos se unan, ha señalado Abdul Hamid Turki, un alto cargo de la oficina política de Al Zinki. "Nos unimos a la sala de operaciones de Jaish al Fatá en la zona en la que operan", ha indicado Turki.
El capitán Abdul Salam Abdul Razak, portavoz militar del grupo, ha defendido que "las brigadas revolucionarias no pueden hacer nada contra la agresión por una gran potencia y sus muy potentes armas". Pero ha dicho que los rebeldes pueden emprender acciones militares para romper el asedio del este de Alepo y podrían incrementar así la coordinación con otras facciones rebeldes.
Fatá al Sham, que combate en el marco de la alianza islamista Jaish al Fatá, jugó un papel vital en la ruptura del bloqueo por parte del Gobierno del este de Alepo el pasado agosto, pero las fuerzas gubernamentales consiguieron restaurar el cerco de nuevo unas semanas después.
En virtud del fracasado alto el fuego acordado por Estados Unidos y Rusia, los rebeldes nacionalistas debían alejarse del antiguo Frente al Nusra en los frentes occidentales del país donde operan en estrecha proximidad entre sí. A continuación, Moscú y Washington preveían comenzar a atacar de forma conjunta tanto al Frente al Nusra como a Estado Islámico.
Los rebeldes del ELS se mostraron muy críticos con el acuerdo, atacando lo que veían como doble rasero de Estados Unidos por considerar a los islamistas de Fatá al Sham como un grupo al que había que atacar pero no mencionar a las milicias chiíes que apoyan a Al Assad.
Rusia ha citado el fracaso de Estados Unidos a la hora de separar a los rebeldes de los yihadistas como un motivo para que el acuerdo haya fracasado. Por su parte, Washington sostiene que tanto Moscú como Al Assad han renunciado a la diplomacia en busca de una victoria militar.
BRECHA ENTRE REBELDES Y YIHADISTAS
En algunos aspectos, la división política entre los yihadistas y los rebeldes nacionalistas se ha ampliado recientemente, notablemente por la implicación rebelde en una campaña respaldada por Turquía para asegurar la frontera norte frente a Estado Islámico y los grupos kurdos.
Fatá al Sham emitió un comunicado prohibiendo efectivamente la participación en la campaña, aunque es hostil tanto a Estado Islámico como a las milicias kurdas, las YPG. Su postura se hace eco de las críticas rebeldes de que la campaña respaldada por Turquía ha sido una distracción de la guerra de los rebeldes con Al Assad.
Noah Bonsey, analista de International Crisis Group, no cree que el ELS y los grupos yihadistas vayan a fusionarse, debido a las divisiones políticas e ideológicas y a las condiciones relacionadas con el apoyo que reciben los rebeldes.
Pero la ofensiva del Gobierno en Alepo "claramente empujará a todos los grupos rebeldes no Daesh hacia una mayor cooperación", opina. "Hay pocas dudas de que los esfuerzos de Fatá al Sham para convencer a otros a que se unan a ellos probablemente ganarán atractivo si las ofensivas a favor del régimen continúan a esta escala y las países que apoyan a la oposición son incapaces de ofrecer medios alternativos de abordar las necesidades de defensa de los rebeldes", aclara.
Funcionarios estadounidenses dijeron el miércoles que la Administración Obama ha comenzado a considerar respuestas más duras al asalto sobre Alepo, incluidas opciones militares. Pero no está claro que hará Obama.
Entretanto, los grupos rebeldes están revisando su estrategia. El alto cargo de la facción con base en Alepo ha dicho que renunciar a territorio podría ser un elemento de un nuevo enfoque militar por parte de los rebeldes. "Estamos en una guerra de liberación contra Rusia e Irán", ha sostenido. "Los próximos meses o incluso días serán testigos de un cambio en la estrategia militar", ha añadido. "Podría convertirse en una guerra de guerrillas a largo plazo", ha adelantado.