MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Sergio Mattarella ha jurado este jueves su segundo mandato como presidente de Italia con un llamamiento al "compromiso común" para hacer al país transalpino "más fuerte", después de acceder a ostentar la jefatura del Estado por el consenso alcanzado por la mayoría de los partidos italianos y a pesar de su intención declarada de dejar el cargo.
A su llegada al Palacio Montecitorio, que alberga la sede de la Cámara de Diputados italiana, Mattarella ha sido aplaudido y ovacionado por todos los grupos presentes en el hemiciclo. "Juro ser fiel a la República y observar lealmente la Constitución", ha dicho Mattarella, tras lo que ha tenido lugar otro intenso aplauso en la cámara.
El presidente ha comenzado su discurso destacando la "novedad inesperada" que le supone volver a ostentar la Presidencia italiana, pero ha apelado a la "responsabilidad". Así, ha hecho referencia a que los italianos esperan una "garantía de derechos, tranquilidad, apoyo y respuestas concretas a sus angustias".
A su juicio, las expectativas de los italianos podrían haberse visto "fuertemente comprometidas" por "la prolongación de un estado de profunda incertidumbre política y tensiones, cuyas consecuencias podrían haber puesto en peligro incluso recursos decisivos y las perspectivas de relanzar el país comprometido con salir de una condición de gran dificultad".
Esta es la "conciencia" con la que recibió el resultado de la votación que le ha llevado de nuevo a la jefatura del Estado y "esta misma conciencia es la razón" de su "sí" y "estará en el centro" de su "compromiso", ha dicho, antes de resaltar que "fueron momentos convulsos para todos, incluso para mí".
"Cuando los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado me comunicaron el resultado de la votación, hablé de las emergencias --sanitarias, económicas y sociales-- que nos están desafiando. No podemos permitirnos retrasos ni incertidumbres", ha indicado.
Mattarella ha aludido a la pandemia de COVID-19 como una de estas "emergencias" y ha especificado que "la lucha contra el virus no ha terminado", al tiempo que ha reconocido que, aunque la campaña de vacunación ha reducido mucho los riesgos, no hay que "desatender" a la enfermedad.
En este sentido, ha urgido a "diseñar y empezar a construir la Italia postemergencia" y ha considerado que "todavía hay tiempo de un compromiso común para hacer que Italia se más fuerte, más allá de las dificultades del momento". "Una Italia más justa, más moderna, intensamente ligada a los pueblos amigos que nos rodean", ha continuado.
En clave internacional, Mattarella se ha mostrado contrario a "aceptar que ahora, sin siquiera el pretexto de la competencia entre diferentes sistemas políticos y económicos, vuelva a levantarse vientos de choques en un continente que vivió las tragedias de la Primera y la Segunda Guerra Mundial".
"Debemos apelar a nuestros recursos y a los de nuestros países aliados y amigos para que las demostraciones de fuerza den paso al entendimiento mutuo, para que ningún pueblo tema la agresión de sus vecinos", ha indicado, según ha recogido el diario italiano 'Il Messaggero'.
El presidente de Italia también ha reconocido que el Gobierno del primer ministro, Mario Draghi, "está intensamente comprometido con todos estos temas, tanto a nivel interno como en la dimensión internacional". Así, ha alabado al Ejecutivo italiano y ha remarcado que "nació con amplio apoyo parlamentario en medio de la emergencia y ahora se proyecta a superarla, sentando las bases de una nueva temporada de crecimiento sostenible para el país y Europa". Por ello, ha expresado su "más sincero agradecimiento y sus mejores deseos" a Draghi.
Mattarella logró 759 de los 505 votos necesarios para ser elegido, con lo que se convirtió en el segundo presidente con más apoyo tras los 832 votos que logró Sandro Pertini en 1978. La incógnita de la reelección se despejó a media tarde del sábado y tras una semana de incertidumbre. "Si hace falta, aquí estoy", dijo tras un encuentro con responsables políticos italianos.
Este nuevo mandato, en teoría, facilitará la estancia de los diputados hasta las elecciones generales de 2023 y Draghi seguirá como jefe del Gobierno, con la confianza de un presidente cuyas competencias son básicamente ceremoniales, si bien tienen la responsabilidad de nominar a los primeros ministros y a sus gabinetes.