WASHINGTON 14 Oct. (Reuters/EP) -
El ministro de Asuntos Exteriores estadounidense, Jim Mattis, ha asegurado que Estados Unidos está trabajando para garantizar que no se produzca un aumento de la tensión entre las fuerzas de seguridad iraquíes y los milicianos kurdos en la localidad de Kirkuk, en el norte del país.
"Tenemos que trabajar en esto (...) Las fuerzas están en la zona para asegurar que no se produzca un conflicto", ha manifestado Mattis durante una rueda de prensa.
El vicepresidente de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Kosrat Rasul, ha informado este viernes del despliegue 6.000 milicianos kurdos en Kirkuk para hacer frente a posibles "amenazas" por parte de las fuerzas iraquíes, según ha informado la cadena de televisión kurda Rudaw TV.
Rasul, que dirigirá las tropas en la provincia, ha asegurado que el Gobierno kurdo "no busca guerra" sino "resolver los problemas a través del diálogo". "No tenemos miedo de las amenazas de nadie, porque los Peshmerga, como indica su nombre, son sinónimo de morir por la victoria si es necesario", ha añadido.
El Gobierno iraquí ha puesto en marcha una serie de medidas para aislar a la región desde que tuvo lugar el referéndum sobre la independencia del Kurdistán iraquí el 25 de septiembre. Asimismo, el Ejecutivo de Bagdad ha pedido al Gobierno regional del Kurdistán que cancele los resultados de la consulta.
El ministro estadounidense ha afirmado que, a pesar de que está al tanto de los movimientos de las tropas, no ha obtenido noticias sobre enfrentamientos entre las diferentes fuerzas. Por otra parte, ha instado a las partes a centrarse en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico.
"No podemos darnos la espalda ahora", ha aseverado Mattis, que ha insistido en que las diferencias deben ser resultas por la vía política y no sobre el campo de batalla.
"Estas cuestiones vienen de atrás y habrá que recalibrar la situación y abordarla desde un punto de vista político", ha añadido.
El Consejo de Seguridad de la Región del Kurdistán afirmó el miércoles que había recibido "mensajes peligrosos" sobre los preparativos de "grandes ataques" por parte del Ejército iraquí y las Unidades de Movilización Popular --una coalición de milicias principalmente chiíes--.