GINEBRA 5 Mar. (Reuters/EP) -
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha pedido este jueves una campaña internacional para "desacreditas al Estado Islámico", y ha instado a los musulmanes de todo el mundo a defender su fe contra las falsas interpretaciones de extremistas violentos.
El máximo responsable de Derechos Humanos de la ONU ha denunciado los asesinatos, la tortura, las ejecuciones en masa y los ataques "genocidas" a las minorías por parte del grupo terrorista.
"Cualquier respuesta a la violencia extremista debe ser proporcionada, medida y legal", ha dicho. "Las campañas militares, las sanciones financieras y los intentos para detener el flujo de armas deben ser parte de la solución", ha dicho el que fuese ex embajador jordano.
El alto comisionado ha resaltado que la cobertura de los medios occidentales se ha reducido a los asesinatos del Estado Islámico de occidentales o minorías cristianas. "El hecho de que la gran mayoría de las víctimas del Estado Islámico son compañeros musulmanes recibe mucha menos publicidad", ha dicho, añadiendo que "sería necesario infundar nuevos ánimos en la mayoría de los musulmanes, pacíficos y tolerantes, y alentarlos para alzar la voz y expresar la verdadera naturaleza de su fe".
Para Zeid, la lucha para combatir la extrema violencia debe abordarse desde las perspectivas de injusticia, humillación, desigualdad y discriminación. Si la lucha contra el terrorismo es desproporcionada, brutal o sin supervisión "se corre el riesgo de entregar a los terroristas un arma de propaganda impidiendo la libertad y seguridad en nuestras sociedades", ha añadido.
"Para un país que cree tan firmemente en los Derechos Humanos, haberlos abandonado tan rápido en tiempos de crisis, es deplorable. Muy pocos han sido los países que han reconocido en público abusos en operaciones antiterroristas, y muchos los que deberían hacerlo", ha dicho el comisionado en referencia al informe del Senado de Estados Unidos de diciembre que mostraba cómo la CIA torturaba a los detenidos durante la administración de George W. Bush.