LONDRES, 12 Oct. (Reuters/EP) -
La primera ministra británica, Theresa May, ha asegurado este jueves que las negociaciones con Bruselas sobre la salida de Reino Unido de la UE han logrado "buenos avances". Este mismo jueves, el negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, ha confirmado que las negociaciones están estancadas.
"De verdad ha habido buenos avances en estas conversaciones y Michel Barnier lo ha reconocido que en las próximas semanas podremos hacer igualmente avances constructivos", ha afirmado May en declaraciones a la prensa.
En concreto, ha asegurado que se han producido avances en el ámbito de los derechos de los ciudadanos de países de la UE. "Queremos también asegurarnos de que entramos en el debate de la futura relación, de la futura asociación que tendremos con la UE (...). Esperamos avanzar y poder hablar de eso", ha añadido.
Barnier, que ha comparecido acompañado por el negociador británico, el ministro para el Brexit, David Davis, ha recalcado sin embargo que no se han dado avances de calado durante esta semana de conversaciones, pero que mantienen la voluntad de lograr un acuerdo.
Con todo, el excomisario francés ha apelado a la voluntad política de las dos partes para salir del punto muerto y lograr los "avances decisivos" de aquí a diciembre que permitan concluir la primera etapa de la negociación, que debe fijar las condiciones del divorcio para asegurar una desconexión "ordenada".
La primera fase de las negociaciones se centra en tres prioridades: derechos de los ciudadanos, compromisos presupuestarios que deberá pagar Reino Unido a su salida y la frontera en el Úlster.
Las partes mantienen "divergencias" en cuestiones que afectan a los derechos de los ciudadanos --como la reagrupación familiar o la posibilidad de "exportar" ayudas sociales tras el Brexit--, según han concedido tanto Barnier como Davis, a pesar de que los contactos han permitido despejar otras dudas y cerrar detalles.
El escollo fundamental tiene que ver con la llamada "factura" del divorcio, sobre la que Bruselas considera que se está en un "punto muerto", porque el Gobierno británico sigue sin "estar listo para precisar" qué compromisos está dispuesto a cumplir.