LONDRES, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha evitado aclarar cuándo tiene previsto someter a la votación de la Cámara de los Comunes el Acuerdo de Retirada pactado con la UE, rehuyendo así la presión del líder de la oposición, Jeremy Corbyn, quien ha reclamado que el debate tenga lugar antes del receso navideño.
La Cámara de los Comunes iniciará el 21 de diciembre unas vacaciones de las que no volverá hasta el 6 de enero. El tiempo corre en contra de May si se tiene en cuenta que el visto bueno parlamentario debe llegar, como muy tarde, el 21 de enero de 2019.
La votación del Acuerdo de Retirada estaba prevista inicialmente para este martes, pero el Gobierno anunció su aplazamiento un día antes, consciente que no contaba con el apoyo suficiente para recibir el imprescindible 'sí' de la Cámara. May se comprometió a buscar nuevas "garantías" de gobiernos europeos sobre la salvaguarda planteada para la frontera irlandesa.
Corbyn ha acusado este miércoles a May durante un debate de obstaculizar la labor parlamentaria y le ha instado a permitir una votación antes del receso navideño, pero la primera ministra ha evitado dar una fecha concreta. "La votación ha sido aplazada y la fecha se anunciará de la forma habitual", ha dicho.
Así, la 'premier' ha espetado al líder laborista que, si quiere una fecha "significativa", la que tiene que tener en mente es la del 29 de marzo de 2019, fecha en la que Reino Unido saldrá finalmente de la Unión Europea --con o sin acuerdo-- si antes no se paraliza el proceso.
Corbyn ha emplazado a May a negar "categóricamente" que Reino Unido termine dando un salto al vacío en marzo, saliéndose del bloque comunitario sin ninguna hoja de ruta. "La manera de garantizar que no hay un escenario de 'no acuerdo' es aceptar un acuerdo", ha respondido la primera ministra irónica.
DESCARTA ELECCIONES
El debate ha tenido lugar horas después de que se confirmase que las voces críticas dentro del Partido Conservador cuentan con el apoyo suficiente para promover una moción de censura contra May. Se trata de un voto secreto en el que está en juego el futuro de la primera ministra y cuyo resultado se conocerá este mismo miércoles a las 21.00 (hora local de Londres).
Pese al desafío interno, May ha dejado claro que no dimitirá y, ante los diputados, ha argumentado la necesidad de respetar los resultados del referéndum de junio de 2016 y ha cuestionado la conveniencia de celebrar unas elecciones anticipadas que considera contrarias al "interés nacional".
Para Corbyn, el pulso que libran los conservadores es "totalmente irrelevante" frente a los movimientos del Ejecutivo para esquivar un rechazo parlamentario al Acuerdo del Brexit, pero May ha advertido de que lo que quiere en última instancia el líder opositor es "tumbar al Gobierno". "La mayor amenaza para la población y para este país (..) es un Gobierno de Corbyn", ha advertido la 'premier'.
El debate ha estado marcado por un tono bronco, tanto en los discursos de los principales líderes como en los gritos que interrumpían de fondo a May y Corbyn. El presidente de la Cámara ha tenido que llamar al orden a los diputados en varias ocasiones.