La mayoría de los estadounidenses exige a Obama la aprobación del Congreso antes de intervenir en Siria

NUEVA YORK 30 Ago. (EUROPA PRESS) -

Ocho de cada diez estadounidenses consideran que el presidente Barack Obama debería contar con la aprobación del Congreso de Estados Unidos antes de iniciar una intervención militar en Siria, según una encuesta de la cadena NBC en la que un 50 por ciento de los consultados aceptaría un ataque contra el país árabe, siempre y cuando tuviera carácter limitado y no incluyera el despliegue de tropas.

En general, el sondeo muestra un rechazo a la gestión de Obama sobre el conflicto sirio, y concluye que la mayoría de los estadounidenses considera que el supuesto ataque no beneficiará ni a Estados Unidos ni a la población siria. La consulta se realizó entre los días 28 y 29 de agosto, una semana después del presunto ataque químico de Damasco.

La encuesta muestra a una población dubitativa sobre el ataque. Cuando se pregunta a los encuestados directamente sobre una posible ofensiva militar, solo un 42 por ciento aprueba la iniciativa. Ese porcentaje aumenta hasta la mitad solo cuando se les precisa que la ofensiva planteada en el cuestionario se limitaría al lanzamiento de misiles de crucero desde los buques de guerra.

El apoyo a la intervención se sustenta en un considerable porcentaje de encuestados (un 58 por ciento) que considera que el uso de armas químicas supone "cruzar un límite" que exige de Estados Unidos "una respuesta contundente".

No obstante, un aplastante 79 por ciento de los encuestados (siete de cada diez demócratas y nueve de cada diez republicados) piden a Obama que atienda a la respuesta del Congreso antes de emprender cualquier decisión.

Por otro lado, los encuestados ven el ataque a Siria como un asunto ajeno a sus intereses y poco beneficioso para los civiles sirios. Solo un 21 por ciento considera beneficiosa la hipotética operación militar, y solo un 27 cree que la situación de la población mejorará tras el ataque.

Estas opiniones llegan en un momento en el que la percepción de la labor del presidente Obama en política exterior ha alcanzado un mínimo histórico: solo un 41 por ciento de los encuestados aprueba la gestión internacional de la actual administración estadounidense y nada más que un 35 por ciento aprueba concretamente su estrategia en Siria.