MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) - Un total de 156 estados miembro de la ONU han apoyado este lunes en Marrakech el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, un documento no vinculante que busca mejorar la gestión de los flujos migratorios y que finalmente no ha contado con la firma del total de 193 integrantes de Naciones Unidas. "En primer lugar, la migración siempre ha estado con nosotros y debe ser gestionada y segura. En segundo lugar, es mucho más fácil que las políticas nacionales sean efectivas con cooperación internacional", ha argumentado el secretario general de la ONU, António Guterres. Guterres se ha referido también a la polémica por la retirada de varios países y la ha atribuido a las "muchas falsedades" que se han divulgado sobre el acuerdo y en general sobre la cuestión de las migraciones. Así, ha subrayado que el pacto no permite a la ONU imponer una determinada política migratoria a los estados miembro, ya que no tiene rango de tratado. También la representante especial de la ONU para la Migración Internacional, Louise Arbour, responsable última del proceso que ha culminado con este pacto, ha destacado el carácter "histórico" del mismo. Arbour ha felicitado a los firmantes por su "duro trabajo para superar sus diferencias en los últimos 18 meses". "Es un gran logro del multilateralismo", ha apostillado. El acuerdo "tendrá un enorme impacto positivo en la vida de millones de personas: migrantes, quienes dejan atrás y las comunidades a las que llegan". En septiembre de 2016, los líderes mundiales firmaron la Declaración de Nueva York durante la Asamblea General de la ONU por la que se comprometían a la elaboración de un Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, el cual, tras arduas negociaciones, vio la luz el pasado 13 de julio, con el beneplácito de todos los estados miembro, con la excepción de Estados Unidos, que con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se desmarcó de la iniciativa. En las últimas semanas, algo más de una decena de países han seguido sus pasos, el último de ellos Chile, que el domingo anuncio que no firmaría el pacto. Además de estos dos países, también han decidido quedarse fuera Austria, Hungría, Polonia, Estonia, Bulgaria, República Checa, Israel, Australia y República Dominicana. El Gobierno italiano ha dicho que pedirá al Parlamento que se pronuncie sobre el texto antes de proceder a su firma. El pacto constituye el primer acuerdo global que busca gestionar los flujos migratorios, respetando la soberanía de los estados, y aprovechando los beneficios que la migración conlleva, además de proteger los derechos de quienes deciden emigrar hacia otros países. El documento firmado en Marrakech se estructura en torno a 23 grandes objetivos entre los que figuran la cooperación para hacer frente a las causas que motivan la migración o mejorar las vías de migración legal, así como medidas contra la trata y el tráfico de personas, para evitar la separación de las familias, usar la detención de migrantes sólo como última opción o reconocer el derecho de los migrantes irregulares a recibir salud y educación en sus países de destino. Asimismo, según explica la ONU, los estados se comprometen a mejorar su cooperación a la hora de salvar vidas de migrantes, con misiones de búsqueda y rescate, y garantizando que no se perseguirá legalmente a quien les dé apoyo de carácter "exclusivamente humanitario". También prometen garantizar un regreso "seguro y digno" a los inmigrantes deportados y no expulsar a quienes se enfrentan a un "riesgo real y previsible" de muerte, tortura u otros tratos inhumanos. "LOGRO HISTÓRICO" Para el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), la firma del pacto supone un "logro histórico, tanto para los niños migrantes como para los estados". El director de datos, investigación y políticas de UNICEF, Laurence Chandy, ha puesto en valor que "por primera vez, se reconoce que tener en cuenta a los niños es esencial en la gestión de las migraciones". Así, además de proporcionar a los estados "una herramienta fundamental" para cumplir con su obligación de "proteger, integrar y empoderar a todos los niños", "ayudará a millones de niños y jóvenes afectados por la migración a desarrollar su potencial", ha resaltado. El responsable de UNICEF ha confiado en que con el pacto se puedan "abordar mejor las causas que llevan a los niños a tener que abandonar sus hogares, brindándoles acceso a educación y a servicios de salud, así como protegiéndoles contra la explotación y la violencia" y "mejores resultados a la hora de mantener unidas a las familias y de abordar la xenofobia y la discriminación". Para la agencia de la ONU, el reto ahora es "dar el siguiente paso" y aumentar el papel que los niños migrantes "juegan en el desarrollo y la prosperidad mundial". "Tenemos que trabajar más involucrándoles y escuchando sus voces, sabiendo cuáles son sus necesidades, preocupaciones y aspiraciones de futuro", ha defendido Chandy, ya que "los niños y jóvenes pueden y deben ser parte de la solución a la hora de conseguir procesos de migración seguros para todos".