NUEVA DELHI 29 Ene. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
A pesar de tener el mayor número de esclavos en el mundo, según el Índice Global de Esclavitud de 2016, en India la mala aplicación de la ley de trabajo forzoso de hace cuatro décadas y los escasos recursos policiales y judiciales del país hacen que la mayoría de las víctimas no reciban apoyo y que sean pocos los autores sancionados, según aseguran los expertos.
"En muchos casos, se niegan a aceptar que se trata de trabajos forzosos. También supone un gran desafío la obtención de compensaciones", ha asegurado el exmiembro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) Anil Kumar Parashar. "La CNDH necesita más apoyo para ayudar a crear conciencia sobre las leyes y políticas a nivel local e investigar los casos adecuadamente", ha añadido.
El sufrimiento de Dayalu Nial, un joven de 20 años que estuvo expuesto a trabajos forzosos, acabó en diciembre de 2016 cuando un tribunal indio sentenció a cadena perpetua a los ocho hombres que traficaron con él, le torturaron e incluso le amputaron una de sus manos.
"Me sentí bien cuando la justicia les castigó por lo que hicieron. Nunca pensé que podrían ser castigados y menos aún que yo recibiría una compensación", ha asegurado Nial, quien ha contado que el proceso duró tres años.
El éxito de Nial es algo que no suele ocurrir en India, donde cientos de personas, que son liberadas de la esclavitud en obras de construcción, fábricas de ladrillos y granjas, luchan por un reconocimiento oficial.
ESCLAVIZADOS EN BURDELES Y FÁBRICAS DE LADRILLOS
Algunas de las formas más antiguas de esclavitud en el mundo son los trabajos forzosos y en condiciones de servidumbre, donde las personas son obligadas a trabajar a través del uso de la violencia, la intimidación o la deuda acumulada.
Según el Índice Global de Esclavitud de 2016, un total de 46 millones de personas son esclavizadas en todo el mundo, de las cuales 18 millones se encuentran en India.
El Gobierno de India no puede verificar estas cifras, pero el Ministerio de Trabajo ha anunciado recientemente planes para identificar, rescatar y ayudar a cerca de 18 millones de trabajadores en servidumbre para 2030.
Muchos son aldeanos a los que los traficantes prometen un buen trabajo y un pago por adelantado, pero luego se ven obligados a trabajar duramente en campos o fábricas de ladrillos, esclavizarse en burdeles o trabajar como criados para pagar sus deudas.
Cientos de personas son liberadas de la esclavitud todos los años, según aseguran los grupos activistas, pero sus casos no son registrados o no se investigan, algo que les impide recibir ayuda financiera, justicia o ayuda para reconstruir sus vidas.
"Liberamos a cerca de 500 personas todos los años y sólo el 10 por ciento de los casos reciben compensaciones. No hay ninguna acción legal", ha asegurado Chandan Kumar, miembro de ActionAid en India.
BAJAS TASAS DE CONDENA
En una reunión celebrada por el Comité Nacional para la Erradicación del Trabajo Forzoso --una coalición de organizaciones benéficas, activistas y abogados que trabajan para acabar con la esclavitud en India--, varios jóvenes de entre 20 y 30 años hablaron sobre cómo fueron golpeados y encerrados en habitaciones o en cobertizos de animales.
"El propietario dio 10.000 rupias (cerca de 140 euros) a mi familia como un préstamo y, a cambio, yo fui a trabajar a su granja", ha asegurado Bharat, un joven de 26 años del estado central de Madhya Pradesh.
"Me mantuvo ahí dos años haciéndome trabajar hasta 15 horas al día. Fui rescatado por los activistas en enero de 2015. La Policía ha registrado el caso, pero no ha pasado nada", ha añadido.
A pesar de la gran abundancia de este tipo de casos, en 2015 se registraron 92, de los cuales solo uno condenó y encarceló a cuatro personas, según muestran los datos de la Oficina Nacional de Registro de Delitos.
Los abogados atribuyen las bajas tasas de informes, procesamientos y condenas a la falta de conocimiento de la ley y las políticas de trabajo forzoso, así como los pocos recursos del sistema judicial y policial.
Aunque los casos de trabajos forzosos acaben en los tribunales, las víctimas suelen esperar varios años para recibir su veredicto. Además, India cuenta con muy pocos tribunales, jueces y fiscales para sus 1.300 millones de habitantes.
Los activistas también atribuyen las bajas tasas a las débiles investigaciones de la Policía y los fiscales y la falta de protección de testigos y víctimas, que pueden ser intimidados para que retiren sus cargos.
CONOCER LA LEY E INVOLUCRAR A LOS MEDIOS
A pesar de los desafíos a los que se enfrentan las personas que han sufrido trabajos forzosos para llegar a la justicia y recibir compensaciones, los abogados defensores de los Derechos Humanos han asegurado que hay razones para ser optimistas, dando como ejemplo el caso de Nial.
En diciembre de 2013, Nial era uno de los 12 trabajadores a los que un traficante ofreció trabajo y dinero, pero acabaron atrapados en la esclavitud. Cuando los trabajadores se dieron cuenta de que estaban siendo trasladados a un lugar diferente al que acordaron, trataron de escapar, pero Nial y otro hombre fueron capturados por los traficantes y les amputaron la mano derecha.
"El tribunal tardó tres años, algo que se considera rápido, y los ocho hombres fueron castigados de la manera más estricta, la cadena perpetua", ha asegurado el fiscal público del caso, Dhirendra Nath Patra.
Debido a la publicidad en los medios sobre el caso, el Tribunal Supremo intervino en 2014 y pidió al Gobierno de Odisha que ayudara a las dos víctimas y presentara cargos cuanto antes contra los traficantes. El Gobierno ofreció a las víctimas una compensación de 800.000 rupias (cerca de 11.000 euros) cada uno.