Migrantes en el centro de detención de Manus
REUTERS / HANDOUT .
Actualizado: lunes, 27 noviembre 2017 14:36


LONDRES, 27 Nov. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

Médicos australianos han escrito una carta abierta dirigida al Gobierno de Malcolm Turnbull en la que han expresado su "gran preocupación" por la situación de los solicitantes de asilo que el país ha derivado a centros de detención en Papúa Nueva Guinea y han exigido que se respete su derecho a la asistencia sanitaria.

"Ellos, como cualquier ser humana, tienen el derecho universal --consagrado en la Carta de Naciones Unidas-- a la salud y al bienestar. Su estatus político no debe afectar a este derecho", han dicho los médicos en la misiva.

Los profesionales de la salud han defendido que "las cuestiones humanitarias deben primar sobre las políticas". "Es algo más allá de los controles migratorios. Afecta a la salud de la gente", han recalcado.

Han denunciado las precarias condiciones de higiene y la falta de atención médica, advirtiendo de que estos factores podrían suscitar la propagación de enfermedades, y se han ofrecido ellos mismos a tratar a los solicitantes de asilo.

Esta queja se suma a la de la Asociación de Médicos Australianos, que ha reclamado al Gobierno acceso de personal sanitario a los centros de detención, y de Médicos Sin Fronteras (MSF), que ha denunciado que las autoridades australianas han impedido a sus trabajadores entrar en Manus.

Australia tiene una política de "fronteras soberanas" por la cual deriva a centros de detención en las islas de Manus y Nauru a los solicitantes de asilo que tratan de alcanzar ilegalmente las costas australianas.

El pasado 31 de octubre, Australia tuvo que cerrar el centro de detención en Manus después de que un tribunal de Papúa Nueva Guinea lo ordenara. Sin embargo, los 600 solicitantes de asilo se niegan a abandonar el lugar por la incertidumbre sobre su futuro.

La Policía de Papúa Nueva Guinea tuvo que intervenir el pasado viernes en el centro de detención de Manus para poner fin a una protesta de tres semanas. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció el uso de la fuerza policial y ha reclamado a Australia una mayor protección para los refugiados.

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