MADRID 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, viaja este sábado a China en busca de estabilizar lazos con Pekín durante la que será su primera visita desde que abandonara el gran pacto de inversión de infraestucturas de la Ruta de la Franja y la Ruta diseñado por el gigante asiático.
El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, notificó a Pekín en diciembre su voluntad de abandonar la también llamada nueva Ruta de la Seda, una colaboración que se remonta al año 2019, cuando las autoridades italianas --entonces de la mano de Giuseppe Conte-- firmaron un primer acuerdo que implicaba que, pasados cinco años, Italia se incorporaría por completo al proyecto.
Sin embargo, este compromiso expiró en marzo sin que se produjera la adhesión definitiva. Meloni afirmó que la colaboración entre ambos países con respecto a la nueva Ruta de la Seda no dio "los resultados esperados". Tras el anuncio de Roma, un portavoz del Ministerio de Exteriores, Wang Wenbin, pidió que no se desacreditara el proyecto.
Meloni aterrizará el sábado para un viaje en el que se reunirá con el presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Qiang, mientras Europa se prepara para un cambio en noviembre en la Casa Blanca que podría trastocar los lazos diplomáticos y comerciales de Washington con el bloque.
La líder italiana ve a Xi como alguien que podría convertirse en un actor importante en la guerra de Ucrania si Washington retirara su apoyo, como ha amenazado el candidato republicano Donald Trump, según personas familiarizadas con su pensamiento en comentarios a la agencia Bloomberg.
Desde que llegó al poder en 2022, Meloni ha tratado de presentarse como una diplomática capaz de hablar con líderes de todo el espectro ideológico, desde el húngaro Viktor Orban hasta el canciller alemán Olaf Scholz. Sus ambiciones han crecido hasta incluir a Xi en ese grupo, según una de estas fuentes, bajo condición de anonimato.
Meloni tendrá que equilibrar ese objetivo con una endurecida postura de la UE sobre el comercio con Pekín, así como las tensiones por el apoyo de Xi a la maquinaria de guerra del presidente ruso Vladimir Putin. Se espera que la líder italiana mencione la invasión de Ucrania por parte de Moscú y el conflicto entre Israel y Hamás durante sus conversaciones con los líderes chinos, dijo otro funcionario.
"Todos sabemos que hay divergencias entre la UE, la OTAN y China en muchos asuntos", explica el diputado de Hermanos de Italia, el partido de Meloni, Giangiacomo Calovini. "Pero en momentos de alta tensión geopolítica como este, es mejor tener más diálogo que menos", ha añadido.
La UE ha endurecido su postura hacia China, a veces a instancias del presidente Joe Biden, quien ha instado a los socios estadounidenses a oponerse al exceso de capacidad china y a cortar el suministro de chips de alta tecnología a Pekín. Ahora que Donald Trump lidera las encuestas en las elecciones estadounidenses, la UE tendrá que decidir cómo alinearse entre las dos mayores economías del mundo.
Si bien el candidato republicano amenaza con aplicar aranceles del 60% a todos los productos chinos si regresa a la Casa Blanca, también está planeando una posible letanía de acciones contra la UE, que podrían incluir un arancel mínimo del 10%. Eso da a los líderes de China una oportunidad para restaurar a Europa como amortiguador entre Pekín y Washington, mientras la UE intenta evitar la escalada de tensiones comerciales en dos frentes.
"Europa teme que un Trump 2.0 signifique que la UE perderá aún más su ventaja competitiva y empleos mientras Trump se centra en atraer empresas a Estados Unidos", ha indicado Wang Yiwei, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Renmin de Pekín. "Eso complicará las restricciones comerciales de la UE con China".
El viaje del primer ministro italiano se produce después de que Roma le diera un importante desaire a Pekín el año pasado, cuando Meloni abandonó la iniciativa de inversión en infraestructura Belt and Road de Xi. Italia se convirtió en la única nación del Grupo de los Siete en unirse bajo un gobierno anterior, y Meloni prometió a Biden que lo abandonaría.
La visita de la líder italiana a China demuestra que su decisión se debió a una "enorme presión" de Estados Unidos, ha añadido por su parte Zhao Junjie, investigador del Instituto de Estudios Europeos de la Academia China de Ciencias Sociales, al periódico estatal Global Times.
Es probable que los vehículos eléctricos también estén en la agenda, después de que la UE avanzara para imponer aranceles provisionales a los vehículos eléctricos fabricados en China que elevarían las tasas hasta el 48%. Una investigación de la UE encontró que Pekín subsidia su industria de vehículos eléctricos en un grado que causa daño económico a los fabricantes de automóviles del bloque.
China ha amenazado con tomar represalias si la UE sigue adelante con los gravámenes, advirtiendo que podrían afectar a los productos agrícolas, al sector de la aviación y a los automóviles con grandes motores. Ya ha iniciado una investigación antidumping específica sobre las importaciones de carne de cerdo, y los resultados de una investigación sobre las bebidas espirituosas de la UE se conocerán a principios del próximo año.
"La visita de Meloni es un paso en la buena dirección", ha añadido Michele Geraci, ex subsecretario de Estado del Ministerio de Desarrollo Económico italiano. "Pero lo esencial es que no va a cambiar la realidad".