COLONIA (ALEMANIA), 17 Abr. (Reuters/EP) -
Los pasajeros y la tripulación del siniestro del avión de Germanwings han sido objeto este viernes de una ceremonia de conmemoración en la catedral alemana de Colonia, donde familiares y otros asistentes han encendido 150 velas, una por cada fallecido, en las escaleras del altar.
Los quinientos asistentes fueron recibidos con pequeñas estatuas de ángeles, talladas en madera y colocadas en los bancos de la catedral, donde escucharon el panegírico del presidente alemán, Joachim Gauck, quien lamentó las circunstancias particularmente espantosas de una tragedia que no solo ha causado pena y dolor, sino también consternación sobre los abismos del alma humana.
"Nos enfrentamos a un perturbador acto de destrucción al que no podemos encontrar la respuesta a la pregunta de por qué tanta gente tuvo que morir por la decisión tomada por una sola persona", ha declarado el mandatario.
Gauck se refirió al copiloto Andreas Lubitz, quien según las investigaciones decidió estrellar el avión contra las montañas el 24 de marzo en un acto de suicidio alimentado por la grave depresión que padecía.
A la ceremonia acudieron también la canciller alemana, Angela Merkel, el ministro del Interior de España, Jorge Fernández Díaz, en representación de los cincuenta fallecidos españoles, así como el ministro de Transportes francés, Alain Vidalies, y el director gerente de la compañía Germanwings, Thomas Winkelman.
En el exterior de la catedral fueron colocadas flores blancas, rojas y azules como muestra de condolencia, acompañadas de pancartas de apoyo. "El tiempo no cura las heridas; simplemente nos enseña a vivir con lo incomprensible" o "La depresión es impredecible", rezaban algunas.