Una encuesta de la fundación de Tony Blair refleja una mayoría de partidarios del retorno a la UE y propone un nuevo debate actualizado
MADRID, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
Solo un siete por ciento de los británicos ve satisfactorio el estado actual de las relaciones entre Reino Unido y la Unión Europea, según refleja una encuesta de la fundación de Tony Blair, el Instituto para el Cambio Global, siete años después del referéndum que se saldo a favor de la salida de Londres del bloque europeo.
El mismo sondeo refleja además que una mayoría de los encuestados votaría ahora mismo a favor del retorno a la Unión Europea, y que uno de cada cinco que votó a favor de la salida en 2016 cree que su decisión fue equivocada.
"Los británicos apoyan abrumadoramente la idea de que el Reino Unido se acerque a la UE en los próximos 10 a 15 años: el 78 por ciento de los votantes está a favor de una relación futura más cercana, aunque sus puntos de vista sobre cómo lograrlo difieren", según la encuesta.
"Más específicamente, un 43 por ciento ha indicado que le gustaría que Reino Unido se reincorporara a la UE, el 13 por ciento elige la opción de volver al mercado único pero permanecer fuera de la UE, y el 22 por ciento apoya una relación comercial y de seguridad más estrecha aunque no quiere que el país se reincorpore a la UE o vuelva al mercado único", de acuerdo con los resultados del sondeo.
En este contexto, el instituto pide un nuevo debate fuera de las enormes limitaciones que dominan actualmente una conversación donde solo parecen caber dos opciones: "reunirse con la UE o quedarse callado".
Los expertos entienden la dificultad que representa esta evolución, porque el país tiene que volver a evaluar una decisión "asociada a años de trauma colectivo". Permanecer callado, añade el grupo, "implica aceptar desde la fatalidad que el Brexit es lo que es y evitar el enfrentamiento con las realidades políticas y económicas que atraviesa hoy el país".
A tal efecto, el instituto propone un "decálogo" de medidas para fomentar, ocurra lo que ocurra, "una relación especial entre Reino Unido y la Unión Europea" a través, por ejemplo, de "la alineación voluntaria con la regulación alimentaria de la UE", del establecimiento de un nuevo consejo conjunto para la cooperación comercial, o profundizar en la colaboración de seguridad.
"Por sí solos, es poco probable que estos pasos arreglen el malestar económico a corto plazo de Reino Unido", indica el instituto.
"Sin embargo, si se persiguen en paralelo con un conjunto bien diseñado de políticas internas, se convertirían en un componente esencial para restaurar la confianza en la economía de Reino Unido, después de años de incertidumbre e inestabilidad política", añade.