Actualizado: miércoles, 3 julio 2013 6:03


MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

El balance de víctimas por los enfrentamientos que se han desatado a última hora del martes entre simpatizantes del presidente egipcio, Mohamed Mursi, y las fuerzas de seguridad en la Universidad de El Cairo ha ascendido a 16 muertos y 200 heridos, según el Ministerio de Salud.

Los enfrentamientos se han desatado a última hora del martes, poco antes de que Mursi pronunciara un discurso dirigido a la nación en la plaza que se encuentra frente al principal edificio de la Universidad de El Cairo.

Varios testigos han indicado a la agencia de noticias Reuters que se han producido disparos y que las fuerzas de seguridad han tenido que emplear gases lacrimógenos. Las imágenes de televisión muestran pequeños incendios.

En un principio, las autoridades egipcias han confirmado tres muertos y 90 heridos, pero el Ministerio de Salud habla ya de 16 muertos y 200 heridos, entre los que --según el diario oficial 'Al Ahram'-- habría un policía con un impacto de bala en un ojo.

Miles de islamistas se concentran desde el lunes por la noche en la Universidad de El Cairo para expresar su rechazo al ultimátum de 48 horas que el jefe del Ejército, Abdelfatá al Sisi, dio a la clase política para satisfacer las demandas del pueblo egipcio, advirtiendo de que, de lo contrario, elaborará su 'hoja de ruta' para el país.

Las Fuerzas Armadas no han explicado qué harán en caso de que Mursi se niegue a abandonar el poder. Fuentes militares han revelado a Reuters que todavía están discutiendo el plan que se pondrá en marcha para solucionar la crisis política.

Según ha podido saber Reuters, la 'hoja de ruta' del Ejército prevé la suspensión de la Constitución y la disolución del Parlamento, que lideran los islamistas, así como la creación de un gobierno de tecnócratas que asuma las riendas del país hasta que la Carta Magna sea enmendada, para después celebrar elecciones presidenciales.

En este contexto, Mursi ha pedido hoy al Ejército que retire el ultimátum y ha aclarado que no dimitirá, sino que "se aferrará a la legitimidad" porque fue elegido en unas elecciones "libres" y la Constitución fue aprobada en referéndum.

"Me preocupa mucho que la sangre de los egipcios no se derrame. Seré firme con toda aquella persona que provoque el derramamiento de sangre", ha advertido en el discurso dirigido a la nación, transmitido por la televisión estatal.